La devaluación de la palabra, la informalidad, la falta de cumplimiento, la falta de valores, la falta de creatividad, la falta de investigación y desarrollo, la falta de innovación, la falta de liderazgo, la escasez de directivos, la mala educación, la mala selección de personal, la falta de transparencia, la falta de oportunidades, la falta de empleo, la falta de seguridad, la falta de salud pública, la falta de infraestructura, la falta de motivación, la falta de confianza, la falta de internacionalización, la falta de transformación digital, la falta de justicia, la falta de saneamiento, la falta de capacidad de gestión, la falta de autoridades, la falta de instituciones sólidas, la ausencia de partidos políticos, la falta de productividad, la falta de calidad, la falta de competitividad, la falta de visión al futuro, y así podemos seguir. Tantas falencias, tanto atraso.
Al ser una constante, cada vez es más latente, ante la ausencia de tanto, por tanto tiempo, una desazón generalizada. El ambiente se siente como el cielo gris de Lima, muy pesado. Este es el resultado de un proceso continuo de acumulación de ausencias, sin soluciones a la vista, lo que hace presagiar que esto va a acabar mal, si no tomamos medidas correctivas de inmediato.
Por lo que creo, hemos llegado a un punto de quiebre. O reaccionamos y adoptamos el camino, que nos permita suplir tanta carencia, y consensuadamente, emprendemos un camino de crecimiento y desarrollo económico, social, político, cultural, o la pobreza y la delincuencia, frustrarán nuestras posibilidades de progreso y bienestar, por generaciones
Como hincha de fútbol, asocio la catastrófica goleada recibida por el Alianza Lima, como un punto de quiebre. Me imagino, que luego de esta vergonzosa derrota, los dirigentes corrijan el rumbo de una institución de 121 años, goleada por otra de Argentina, de igual cantidad de años, y que su aniversario lo festejó con una goleada estrepitosa, y que en esa misma cantidad de años, ha ganado 69 títulos, 51 nacionales, y 18 internacionales (incluyendo un intercontinental, 4 libertadores, 1 sudamericana, etc.). El Alianza en el mismo tiempo, sólo ha ganado 25 títulos nacionales y 1 internacional (el Simón Bolívar ¿?) El River Plate, su valor de mercado, supera los 130 millones de euros, lejos del Real Madrid, cuyo valor supera los 750 millones de euros, y muy superior al Alianza Lima, que bordea los 10 millones
¿Qué tienen los argentinos, que no tengamos los peruanos?, la falta de dirigentes. El Alianza Lima, el equipo con mayor hinchada en el Perú, y con mayor cantidad de jugadores exportados del Perú al mundo, no tiene un Centro de Alto Rendimiento Deportivo, para formar desde niños, con la medicina deportiva más avanzada, acompañadas de educación, nutrición, formación de valores, para sacar anualmente nuevas promociones de jugadores competitivos a nivel global; entrenan alquilando por horas las instalaciones de un colegio, y contratan jugadores del extranjero, ya recorridos, en sus últimas etapas de futbolistas profesionales. Sus dirigentes tampoco cumplen su palabra. El 28 de noviembre del 2020, al descender de categoría, publicaron un comunicado, pidiendo disculpas, que iban a corregir todas sus deficiencias, y prometían nunca más una vergüenza. Y las vergüenzas continúan, y acá no pasa nada
Y así, como dice el viejo refrán: “Alianza Lima es el Perú, y el Perú es Alianza Lima”, así está el Perú. Tal cual. Ofrecen y no cumplen. Dan su palabra y es un saludo a la bandera. No ganamos nada, no estamos bien, porque simplemente, hacemos mal las cosas. Nos hemos acostumbrado a ser conformistas, a no ser ganadores. A ser del montón. Chispazos de momentos felices, nos acompañan, pero más son los momentos de frustración, de desazón, de impotencia, al ver los resultados comparativos, en todo orden de actividades, en los indicadores globales, con todas las potencialidades que tenemos. Así no es. Es hora de reaccionar, sino va a ser peor, y lo vamos a sufrir nosotros y nuestras futuras generaciones. Se ha perdido el orgullo peruano. Se ha perdido la vergüenza
Me resisto a creer que a los peruanos, no les guste ganar. Y para ganar, tenemos que ser conscientes de nuestras graves deficiencias, y decidir, si queremos vivir en democracia, cómo desarrollar el modelo económico que nos permita generar ingresos sostenidamente, para poder contar con los recursos económicos, que nos permitan hacer frente a tantas necesidades, y poder sostenida y continuamente, ir reduciendo las brechas de nuestra sociedad y de nuestros territorios. Teniendo siempre presente, que todo hecho económico está relacionado con lo social. Por ello, siempre cuantificando, siempre analizando. Lo que no se cuantifica no se ve
Y cuando vemos que de los 33 millones de peruanos que somos, 10 millones están en estado de pobreza y 15 millones lo pueden estar, en un entorno mundial de crisis alimentaria, con inflación alimentaria e inflación energética, después de una pandemia que ha acabado con las vidas de más de 15 millones de personas a nivel mundial, y en el Perú, a más de 300 mil, con el triste récord de ser el país con más muertos por millón de habitantes. Pandemia que aún no ha terminado y a la que se le ha sumado una nueva, denominada, “la viruela del mono” (La naturaleza y sus expresiones; medio ambiente dónde vivimos y que constantemente debemos cuidar), más toda la catástrofe económica que ha causado la pandemia, y que necesitamos reconstruir, nos exige tomar conciencia de la magnitud del problema.
Imaginarse lo que sería la convivencia,- llena de desesperanzas, de conflictos sociales y de inseguridad-, ante un escenario negativo probable, que lo podemos lograr, tal cómo estamos caminando. Esto nos debe llamar a todos la atención, reflexión y decisión para enfrentar este grave problema, que debemos solucionar ya, porque las necesidades son el pan nuestro de cada día, de millones de personas
Para ello, hay que desterrar mitos. Eso de que el Estado es malo, y que por lo tanto hay que limitarlo, y en posiciones extremas, -muy común en la derecha limeña-, mejor desaparecerlo, debe cambiarse, porque así no es. La función pública es muy valiosa para la sociedad. Nuestro problema, es que muchos de los servidores públicos, no reúnen las capacidades debidas para el puesto, porque en su gran mayoría han ingresado a trabajar al Estado por el poder político de turno, gobierno tras gobierno. Por ello, el aparato estatal es ineficiente. No sirve. El poder judicial, la salud, la educación, la seguridad, ¿qué son?, sino una suma de errores y desaciertos en su gestión nacional. Y las cifras, y los hechos así lo confirman. ¿Cuánto te cuesta llevar un juicio contra un poderoso, sin posibilidad de que lo ganes? ¿Cómo te tratan cuando tu salud está deteriorada y vas por ayuda? ¿Qué futuro encuentra tu hijo con la educación recibida? ¿Qué respuesta recibes cuando denuncias el haber sido víctima?
Estamos mal, entonces ¿cómo corregirlo?, con una Reforma del Estado y un afinamiento general de todo el enorme aparato estatal. Consolidando, reubicando y retirando al personal, que no contribuya, a un Estado que sirva a la sociedad, que gestione transparentemente, que ponga el equilibrio, que cubra y promueva soluciones en las zonas más vulnerables, que haga bien, todo lo que tenga que hacer
Y todo lo que tenga que hacer, me hace recordar a la última década del milenio pasado, en la presentación de un libro en ESAN, sobre el modelo económico liberal de Carlos Boloña, en ese entonces Ministro de Economía, y muy orgulloso, de lo que había hecho por la economía peruana. El libro en cuestión, presentaba como coautores a Carlos Boloña y a Hernán Büchi que había sido Ministro de Economía de Chile, durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, y que era reconocido y admirado en la clase económica empresarial, como el autor del “milagro económico chileno”. Boloña empezó llenando de loas a su gestión y a su “maestro, gurú, jefe y guía”, su paradigma, Hernán Büchi. Para sorpresa de los asistentes, Büchi, empezó agradeciendo la invitación y manifestando su sorpresa de ser coautor del libro que presentaban. Qué se había enterado de su coautoría, en el vuelo de Santiago a Lima, dónde lo había leído, y discrepaba del mismo, preguntando a los asistentes,” ¿quién ha dicho que el Estado debe ser de tal o cual tamaño?, el Estado debe estar, dónde es necesaria su intervención” Y por eso Chile se quedó con empresas estratégicas. Acá “regalaron” todo, y tampoco se dieron por aludidos, prueba de ello, fue lo que la pandemia desnudó, la falta de tanto, en nuestra realidad del sistema de salud a nivel nacional. El país con más muertos por millón en el mundo
Francia país desarrollado, que no es un gobierno de izquierda, activa campaña que triunfa en las redes: «Cuando todo sea privado, estaremos privados de todo. Viva el servicio público». Y así muchos países, encuentran el equilibrio, con gestiones públicas del mejor nivel, con los mejores cuadros, generando satisfacción a sus ciudadanos. Entonces, porque no acordar una reforma del estado, y una reforma política, convocando a los mejores especialistas del Perú y el Mundo
Por la parte privada, la inversión privada en el Perú, representa el 80% de las inversiones totales. ¿Por qué no incrementamos ese monto de inversiones continuamente, para generar empleo y renta? El sector privado, puede hacer mucho más de lo que hace. Tiene potencial enorme, pero las cifras revelan que no lo aprovecha. Veamos, Chile con menores ventajas comparativas, menor población y menor tamaño, tiene un PIB en el 2021 de más de US$ 282 mil millones de dólares, y exportaciones por US$ 89.950 millones. El Perú, el mismo de “Cómo no te voy a querer”, en el 2021, su PBI fue de más de US$ 228 mil millones (54 mil millones de dólares menos que Chile), y exportaciones por US$ 56 241 millones (33 mil 709 millones menos que Chile). ¿Por qué hacen más con menos gente, 19 millones y medio de chilenos contra 33 millones de peruanos? ¿Son superiores a nosotros? ¿Qué nos está pasando? Despierta Perú
Y podemos seguir con las comparaciones, por ejemplo, con los otros países de la Alianza del Pacífico. Colombia, PBI en el 2021, US$ 300 mil millones de dólares, exportaciones por US$ 41.224 millones, población de 51 millones de personas. México, PBI en el 2021, US$ 1.171.241 millones, exportaciones por US$ 493 mil 335 millones, población de 126 millones de personas. En la Alianza, también somos últimos.
Al único que ganamos en exportaciones es a Colombia, porque ellos fueron más conservadores con la apertura comercial. Ahora, convencidos de las ventajas del crecimiento hacia afuera, con las cifras que no engañan, quieren participar en acuerdos como la APEC (Asian Pacific Economic Council- Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), en que otros países en el Pacífico, suscribieron tiempo atrás
Entonces, ante la evidencia de las cifras, hay necesidad de que los gremios empresariales, asuman el reto del presente, y emprendan una “revolución cultural empresarial”, promocionando el desarrollo de cadenas de valor territorialmente. La alianza Universidad-Empresa es vital. Por ejemplo, ahora que vemos que han convertido la educación en un negocio de títulos, aprovechemos ese mercado, ordenando, que las tesis, deban ser un plan de negocios de lo que aspire a lograr, respondiéndose el tesista, “¿cómo me veré de acá a 5 años?” Así el dentista, hará un plan de negocios de su consultorio soñado. El abogado de su bufete propio. El ingeniero de sistemas, de lograr su app, que la usen todas las 24 horas diarias, los 365 días del año. Y podemos seguir. Y los mejores planes de negocios, tendrán socios inversionistas. Estas tesis se deben desarrollar en el lugar de la Región en que se encuentre su universidad. Y para los que no quieren ser empresarios, escoger hacer una tesis, en un menú de opciones que le presente la Región de proyectos que tiene planeado desarrollar, en dónde se ubica la universidad, con la posibilidad luego de que si es brillante el aporte, asuma el liderazgo de su tesis. Creo que así tendríamos mejor uso de tanta tesis, que por lo general en el Perú, sólo sirven para alimento de las polillas, y para hacer plata como cancha
El Perú ha definido su modelo de crecimiento hacia afuera, por lo cual ha firmado acuerdos comerciales a nivel global, que nos permite acceso con ventajas arancelarias a 62 países, ubicados en los 5 continentes, y que representa acceder a satisfacer necesidades de millones de personas. Y nosotros tenemos los recursos para satisfacerlos. Entonces, que esperamos para hacerlo. En esto tan simple, ¿no podemos ponernos de acuerdo? Se deberían activar asociaciones por esos 62 países que tenemos acceso preferencial, para optimizar esos acuerdos y ejercerlos. Oportunidades miles florecerán
Es decisión, acción, se necesita tomar conciencia del momento que nos toca vivir. Es una crisis mundial, y como parte del mundo en que estamos inmersos, la debemos afrontar, con la gravedad de que acá se acentúa, por una clase política, que ha decepcionado, como los del Alianza, con el 8 a 1. A levantar cabeza, no nos queda otra. Estamos advertidos
#JuandeDiosGuevara
2 comentarios en “Advertidos estamos”
Muy buena paradoja de la realidad del desgobierno actual con la debacle de nuestro Alianza Lima.
Cómo dices o reaccionamos o dejamos que el Barco Peru se hunda.
BASTA YA !!!
Muy bien, Juan. ¡De acuerdo! ¡Pero ya debemos empezar!
Somos una mixtura de razas y de culturas que tenemos la responsabilidad clave de poner lo mejor de cada uno. Así como hemos desarrollado aspectos como nuestra gastronomía, el agro de exportación, la minería exportadora de materias primas, etc., debemos desarrollar el ingrediente clave que aún está en embrión y a punto de seguirse descomponiendo a niveles inmanejables: el ingrediente político.
Si bien las grandes mayorías de nuestra gente aún no participa en política – lo cual es producto precisamente del bajo nivel de la salud y la educación en el país – los que sí lo hacemos tenemos la responsabilidad de tener como objetivo central el desarrollo de nuestra sociedad en su conjunto. Y no solo de las élites. Es inaudito que en pleno S. XXI continúen muriendo niños y ancianos por frío y por desnutrición. Lo que tenemos en el país es de todos y para el desarrollo de todos. En esta tarea debemos trabajar. Y los dirigentes deben saberlo bien. Y el castigo de la sociedad debe ser ejemplar para el que traicione los principios fundamentales del bien común.
Gracias por tu interesante artículo. ¡Estamos advertidos!