El poder del valor de la palabra

Todo se mide por algún estándar de valor. Las cosas materiales se miden por longitud, anchura, peso, densidad, utilidad o valor intrínseco. Una persona también tiene su estándar de medida. Algunas personas son valoradas más altamente que otras, ya sea en la comunidad, en la iglesia o en la nación. Las personas son valoradas, no por su tamaño o peso físico, sino por sus habilidades y más especialmente por sus valores. En una persona cristiana lo especial del valor, y lo único especial, es su carácter.

La calidad de los caracteres se indica de varias maneras. Las palabras de uno son, en general, un índice claro del carácter de uno. Una persona es juzgada por ellos, y su valor es contado por la confianza que se puede colocar en su palabra. Conocemos a algunos en cuya palabra confiamos plenamente. Si nos dicen algo, les creemos. Si nos hacen una promesa, no esperamos que se rompa.

Para algunos las palabras no son más que sonidos que emergen de su boca; sin embargo, para otros representan el significado de su vida misma, su honor, su honra, su valor como seres humanos. La palabra como tal le da un significado a la existencia del hombre. 1

Hemos olvidado el gran valor que tiene la palabra, la que se dice y la que se calla, la que se da o la que se pide. Hay palabras que dan la vida y otras que nos matan, palabras que nos alaban, palabras que nos lapidan.  Las palabras libertad, igualdad, fraternidad, son banderas de conceptos por los que se ha combatido y se ha muerto. Injusticia, pobreza, hambre, son palabras que nos recuerdan que aún queda mucho por qué luchar. 2

De qué sirve una sociedad materialista si la palabra de sus ciudadanos no tiene valor?  La palabra define al ser humano.  No hay nada que confiera más dignidad a una persona que la honestidad. Hemos creado una civilización que está rodeada de millones y hasta billones de objetos, a cada uno de ellos les asignamos valor, un precio. Se escucha a diario las conversaciones de los seres humanos y todo gira en torno a cuanto cuesta cada objeto pero muy poco y en raras excepciones a cuanto vale su palabra como ser humano.

Las sociedades se han acostumbrado a utilizar un lenguaje ambiguo o distorsionado donde la palabra no tiene valor. El Presidente del país puede indicarle a sus compatriotas que no va a ejecutar un indulto que solo otorgará un perdón médico para una cierta persona. Sin embargo ese presidente durante su campaña electoral indicó que no indultaría a tal persona. Un “experto” en ingeniería civil ante el inminente colapso de un puente provocado por el desborde de un río en un escenario de lluvias torrenciales indica que “el puente no se ha caído, solo se ha desplomado”

Esto también parece trasladarse a los productos. Ud va a comprar leche pero resulta que no es leche sino es lácteo o una mezcla láctea. Entonces reamente qué es lo que está comprando usted ?  Un alcalde en una oportunidad comentó lo siguiente:  “Mi hijo no delinquió, sólo pecó”. El utilizar principios divinos también permite alterar el lenguaje Castellano para evadir una situación.

Este nuevo estilo de retórica distorsionada digno de la  lengua de Miguel de Cervantes Saavedra parece combinar epíteto con metáfora. Metáfora, figura retórica de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresan por medio de una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta relación de semejanza y epíteto en donde la  figura retórica consiste en el uso de adjetivos innecesarios que no añaden ninguna información suplementaria.

Mahatma Gandhi tenía una expresión que me permito citar:

“Mantenga sus pensamientos positivos porque sus pensamientos se convierten en sus palabras. Mantenga sus palabras positivas porque sus palabras se convierten en su comportamiento. Mantenga su comportamiento positivo porque su comportamiento se convierte en sus hábitos. Mantenga sus hábitos positivos porque sus hábitos se convierten en sus valores. Mantenga sus valores positivos porque sus valores se convierten en su destino”

Por: http://fernandojimenezmotte.com

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos por mes y año