Haciendo un poco de memoria, recordemos que las elecciones del 2021 se caracterizaron por la pobreza de los candidatos, y sus respectivos partidos políticos. Al menos 142 candidatos al Congreso y también a la presidencia, tenían investigaciones en curso, en sus distintas etapas, por presuntos actos de corrupción. De los 142 candidatos con investigaciones, seis eran aspirantes a la presidencia y dos postulaban a las vicepresidencias. Cuarenta de los otros 134 investigados por corrupción, postularon con el número 1 al Congreso de la República, y varios de ellos han sido elegidos Ninguno de los 19 partidos que participaron en ese proceso electoral, se salvó. Unos más que otros, pero todos, tenían por lo menos uno con problemas pendientes con la ley, revelando la pobreza de nuestra clase política
También es bueno recordar que tuvimos candidatos que ni siquiera sabían que lo eran, y ni conocían la región por la que postulaban, y lo peor aún, ni siquiera sabían adónde quedaba dicha región. Toda una improvisación y una falta de respeto a todos los peruanos, por lo que hubo un ausentismo de más de 7 millones de peruanos que no fueron a votar, los cuales casi duplicaban a la suma de los votos de los dos qué pasaron a la segunda vuelta.
Igualmente, debemos recordar que los cerca de 3 millones de peruanos que votaron en blanco o viciado, también superaban por amplia ventaja al ganador y a la segunda de la primera vuelta electoral, y a la suma de varios candidatos. Esto quiere decir que un poco más del 80%, casi 9 de cada 10, no votaron por los dos que fueron a la segunda vuelta. Lo que traducido en forma simple, es que la gran mayoría de los peruanos, no los querían, y siguen no queriéndolos, pero ellos pareciera no darse por enterados, ni siquiera quieren recordar como fue el proceso electoral que los llevó al poder y por eso siguen atornillados al cargo, sin escuchar al Perú.
Es el pésimo sistema electoral que tenemos, sin ningún tipo de filtros, ni mínimos. Que los ausentes, que los votos blancos y viciados, superen en número a los que van a la segunda vuelta, debe ser motivo suficiente de viciar unas elecciones. Más aún si se tuvo candidatos con pendientes con la ley,- algunos elegidos-, que el elector no conocía, porque creía que los habían seleccionado previamente para poder participar. Y si lo conocía, a pesar de las multas por no votar, no votaron, porque consideraron una burla las elecciones generales del 2021. Más de 7 millones no fueron a votar, y repito, los 7 millones, casi duplicaban a la suma de los votos de los dos qué pasaron a la segunda vuelta.
Pero este es nuestro sistema electoral, que ya deberían cambiarlo, pero no lo han hecho, ni creo que lo hagan. Este sistema electoral, nos ha llevado a que nos gobiernen dos minorías de los dos extremos de la izquierda y la derecha. Que como la gran mayoría conoce, los extremos son malos y ahora tenemos las graves consecuencias para el país, de que unas minorías gobiernen a una gran mayoría que no los quiso el 11 de abril del 2021, y por las encuestas se refleja que siguen sin quererlos, y lo peor que por no querer escuchar a la mayoría, cada vez se les quiere menos, y con su deseo de aferrarse al poder, incrementarán la crisis que hace 19 meses estamos viviendo. No quieren escuchar, que la gran mayoría de los peruanos, por no haberle traído beneficios, sino solo problemas el tener que convivir con estos dos extremos, quieren resolver el contrato. Quiere que se vayan todos. Así de simple
El no escuchar a la mayoría, y querer silenciarla con una represión absurda, que ha traído tantas víctimas, tantos heridos, tantos daños materiales, tanto retroceso, y sobre todo tanto dolor, nos demuestra que estamos sometidos a gente necia, que no quiere entender, que la violencia, trae más violencia. Más de 70 días de desgobierno, por una clase política que no sirve. Unas minorías muy limitadas, que en vez de pacificar de inmediato al país, formando equipos multidisciplinarios, con expertos en ciencias sociales, en salud, en desarrollo territorial sostenible, en educación, en creación de riqueza, interpretando cada realidad y cada aspiración de nuestra diversidad de culturas, para lograr propuestas concretas, que signifiquen una tregua en el proceso de transición democrática y que para lo cual, existen estudios, hasta manuales de “manejo de crisis”, prefirieron en vez de negociar, como se estila en una democracia, utilizar los métodos anacrónicos de la represión brutal, con la anuencia de una minoría, radicales de la derecha, convencidos de que “acá se necesita mano dura, porque hay que trabajar y no perder el tiempo, con estos terroristas, resentidos, comunistas, caviares…”. Qué pobre lectura de la realidad nacional
Bueno pues, ahora a vivir las consecuencias de la mala decisión, por vivir anclados en el tiempo, y no entender que estamos viviendo en un mundo cada vez más global, en la era de la economía del conocimiento, en donde los derechos humanos están por encima de todo, porque la humanidad con tantos errores y cruentas experiencias vividas, ha aprendido la importancia y la trascendencia de lo que es la VIDA. Y para que ello se respete y se cumpla, ha tejido una vasta red internacional que vela por que se respeten los derechos humanos.
Una cosa es poner orden y hacer cumplir las leyes y otra muy diferente, quitar vidas con el abuso de poder, y ahora como cualquiera con su teléfono celular puede filmar lo que se sucede, existe una enorme cantidad de videos que revelan una serie de acciones fuera de la ley, por parte de las fuerzas del orden, por lo que ya reconociéndolo y adelantándose a las investigaciones en curso, esa minoría de la derecha, está intentando protegerlos con pedidos de amnistía, que no corresponden, de acuerdo a ley. Menudo problema que nos ha metido esta dictadura congresal
Adicional a los informes de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, que fueron trasladados a su equivalente en la ONU, y que ameritaron unas recomendaciones, que no han sido escuchadas, se sumó Amnistía Internacional, un movimiento global que está presente en más de 150 países que trabaja para que sean reconocidos y respetados los derechos humanos, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 y en otros tratados internacionales como los Pactos Internacionales de Derechos Humanos.
Su informe preliminar, que tiene repercusión mundial, considera que no solo se han cometido violaciones a los derechos humanos, sino que es posible hablar de claros crímenes de derecho internacional. “La grave crisis de derechos humanos que enfrenta el Perú ha sido alimentada por la estigmatización, la criminalización y el racismo contra los pueblos indígenas y las comunidades campesinas que hoy salen a las calles ejerciendo su derecho a la libertad de expresión y a la reunión pacífica, y en respuesta han sido violentamente castigados», dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, en un comunicado.
“Perú: La represión letal del Estado es una muestra más del desprecio hacia la población indígena y campesina” “Los ataques generalizados contra la población tienen implicaciones en cuanto a la responsabilidad penal individual de las autoridades, incluidas las del más alto nivel, por su acción y omisión para detener la represión” “Si bien las regiones con mayoría de población indígena representan solo el 13% de la población total de Perú, éstas sufrieron el 80% del total de muertes registradas desde que comenzó la crisis”, escribió la organización.
Resumiendo el informe preliminar: 1. Abuso en el uso de armas letales 2. Exterminio extrajudicial 3. Uso excesivo y no justificado de la fuerza por la policía 4. Discriminación en contra poblaciones nativas y campesinos 5. Ausencia de investigaciones por parte del Estado
Lo que va significar todo este despropósito, en la que además de lo anterior, “Perú ya no es considerada una democracia” según informe de The Economist, tal como lo resalta nada menos, la AmCham Perú (la Cámara de Comercio Americana en el Perú; -lectura obligada para todo inversionista-), en su última publicación, y que por lo visto en el cierre de la legislatura todo lo negativo para el país, se va incrementar con la necedad de negar el adelanto de las elecciones este año. Difícil de pronosticar, lo que se nos viene.
La economía que creció 2.68% por debajo de las expectativas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que proyectaba un crecimiento entre 2.7 % hasta 3 % al cierre del año pasado, muestra para este 2023 un proceso de desaceleración económica, que nos puede llevar a una severa recesión, con el consiguiente incremento de las protestas sociales, y como respuesta, si seguimos como hasta ahora, mayor represión. Un círculo vicioso sin fin
Consecuencia, nadie gana, todos perjudicados, por esta limitada capacidad de estas minorías. Una izquierda que no tiene nada que mostrar, porque fracasó con su lucha armada en los 80´s y ahora, desperdiciando su gran oportunidad, con una desastrosa gestión, manchada por la corrupción. Y una derecha necia, corrupta en varios gobiernos, siempre de espaldas a la realidad nacional, egoísta con poca inteligencia, que en vez de integrar, convocar, para así tener una economía en permanente crecimiento, que los favorecería, cree equivocadamente, que los que protestan son unos resentidos sociales, que el Estado debe desaparecer y ellos así, con su poder económico, dominar al Perú para su favor.
Una derecha, con una lideresa, que luego de tres derrotas electorales consecutivas, con sus declaraciones, demuestra que no aprende y que su cuarta derrota si se volviera a presentar, quiere asegurar desde ya. ¿Qué tiene que decirle a un presidente elegido por voto popular, de un país amigo históricamente, vecino, socio comercial, bilateral y multilateralmente, de “que no meta su nariz roja…”?. Realmente, lleva la política a niveles de pelea de callejón. No hace docencia política. No tiene talla de estadista.
Y esto es lo que tenemos que soportar, pero no sé hasta cuándo. Entre estas dos minorías que no nos sirven para nada, nos encontramos. Con un entorno así, estaremos cada vez más aislados, alejados del interés de los inversionistas, nacionales y extranjeros, porque a nadie le atrae invertir en un país, que como resalta The Economist, “el puntaje peruano en la categoría de cultura política es uno de los más bajos de la región, lo que refleja una sociedad polarizada y una alta tolerancia frente a las reglas militares”
Esto no es democracia. Difícil de entender la presencia de militares en la vida política nacional. Por su esencia, ellos están acostumbrados a recibir y dar órdenes. Ahora, desde el Congreso nos quieren imponer la agenda que ellos consideran. Ya hemos visto sorprendidos cuando el actual Ministro del Interior, declaró que él se enteró por televisión, cuando las fuerzas del orden entraban derribando la puerta de la Decana de América, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La democracia en el Perú que tanto nos ha costado intentar construirla, ya no lo es. Qué decepción
Cuidado, esto puede acabar muy mal. Los peruanos, que no se consideren entre estos dos extremos, deben organizarse para construir una alternativa válida electoral, porque la gran mayoría quiere paz y desarrollo sostenido en armonía. Y a estas minorías que tanto daño le están haciendo al Perú, recordarles los resultados electorales de la primera vuelta del 2021, para que se den cuenta, que no tienen ninguna mayoría que los respalde. No se les quiere. Han resultado una gran decepción
#JuandeDiosGuevara
2 comentarios en “Qué decepción”
Lamentablemente tengo que manifestar que estos informes de la OEA y las ONGS son tendenciosas y sesgadas,no me viste dictadura,ni represión es una reacción propia a la agresión de los manifestantes violentistas, vándalos a la policía los agredieron a pedradas,palazos,huaracasos,hondas,que son letales ,toda acción trae una reacción ,nunca antes vi tanto violentismo contra la policía,si bien es cierto que la clase política es una total decepción con personas como el ex presidente Pedro Castillo Terrones el ejecutivo y el legislativo son unos ignorantes en su mayoría, ineptos e incapaces,se debería reformar completamente el estado en todos sus estamentos,reducir los ministerios al 50 % mejorar ,la educación con profesores capacitados,un ministerio de salud que pueda atender las grandes necesidades de la demanda por una buena atención con hospitales y centros de salud equipados y con personal especializado,crear fuentes de trabajo con condiciones acorde con posibilidades y leyes que se pueda cumplir los régimenes laborales ,industrializar al país darle valor agregado a nuestros recursos extractivos naturales,crear grandes mercados de abastecimiento de productos de primera necesidad evitar el intermediario para tener costos más al alcanze de los pobladores con sinceramiento de precios ,en nuestro país se impone los precios especulativos se debe desbaratar todos estas malas costumbres ,
Estimado Juan de Dios, el termino «Decepción» que empleas para iniciar tu articulo, en donde señalas las deficiencias institucionales del Estado, y sobre todo del Sistema Electoral que no pone filtros para elegir a las mejores personas para conducir y gestionar inteligentemente las políticas del estado peruano, me parece que no se aplica al contenido de tu escrito. Porque al saber lo mal que actúan los políticos enquistados en todos los poderes del Estado, no te debería decepcionar ni sorprender, puesto que ya conocías las consecuencias de lo pésimo que se gestiona el poder por los políticos corruptos que hoy en día nos gobiernan. Me explico: la palabra «decepción» es sinónimo de desilusión. Y la desilusión es una bendición. Porque? Veamos: La palabra “ilusión” viene del latín illusio, que en grandes líneas significa engaño. El prefijo latino “des” significa negación.
Por tanto, la palabra “desilusión” (o decepción), es la negación del engaño, de lo que no es real, de lo ilusorio o falso; de aquello que estaba oculto tras la venda que me impedía ver lo que es real.
La frase, “me has desilusionado” significa, que me has hecho ver lo que es y ya no sigo viendo lo que no es; el engaño, la farsa, lo falso e ilusorio. Es por eso que la desilusión es una bendición, pero gracia y fortuna negada por muchos, pues preferimos vivir ilusoriamente, dado que es más fácil creer que descubrir. Es más cómodo seguir a otro que emprender el camino hacia la claridad.
El condicionamiento opera de la misma manera que trabaja la ilusión. El condicionamiento me impide ver lo que es, para ver lo que me han dicho que es o creo yo que es. Al igual que las imágenes, el condicionamiento distorsiona la realidad.
Si el condicionamiento me impide ver lo que es y sólo me posibilita ver lo que me han dicho que es, incluyendo todo tipo chismes, información falsa y creencias, ¿por qué no se prende el fuego en mi corazón, que actúe como motor de indagación que rompa y destroce la banda que tienen mis ojos y pueda salir a la luz?
Las palabras que creo mas explicarían tu escrito serian, mas bien, «desesperanza», «rebeldía», «impotencia», de no poder cambiar el orden establecido que esta putrefacto. Al final del día, es un problema de buenos valores, que la mayoría de los peruanos los rompemos día tras día, y desde ese estas bases salen los políticos corruptos, de una sociedad que no respeta al otro, de una sociedad conformada por personas egoístas, cada quien jala agua para su molino. Por eso estamos como estamos. Las marchas que se están dando, nos señalan que hay que realizar un cambio profundo de conciencia de los peruanos, porque ya no creemos en que la estructura jurídico política que hemos creado funcione en beneficio de todos y no de algunos cuantos, y eso tiene que ver con la formación que dan los padres a sus hijos, de la educación en los colegios, etc. es un cambio revolucionario de conciencia individual que tiene que hacerse, para que nazca una conciencia colectiva sana y colaborativa, solidaria, de lo contrario, seguiremos hundiéndonos en un hoyo mas profundo del cual no saldríamos nunca. El cambio revolucionario tiene que ser instantáneo, no para mañana, el cambio es ahora. Las marchas que se están dando, intuitivamente van por ese camino.
Con cariño
Claudio Roberto