“En su cofre la historia recuerda, tu real señorío y coraje. Heredamos del gran Chilimasa esta tierra que es un Edén; y al verte invicta y gloriosa, el dios Marte te dio su laurel” Himno de Tumbes
El Perú no deja de sorprender por los continuos hallazgos de recursos naturales, que nos deberían permitir construir una sociedad más justa, más feliz, con calidad de vida, y no tener a más de la mitad de la población sin comer tres veces al día
El norte del Perú, históricamente relegado de los grandes polos de desarrollo nacional, ha comenzado a perfilarse como una zona estratégica para el futuro energético, logístico y geopolítico del país.
En Tumbes, puede estar el Centro del Futuro Energético y Geopolítico del Perú. El reciente descubrimiento petrolero en la Cuenca de Tumbes por parte de la empresa australiana Condor Energy ha desatado una ola de expectativas. Se estima un potencial de hasta 3,000 millones de barriles de petróleo y 1 billón de pies cúbicos de gas natural, una magnitud que supera por varias veces las reservas probadas actuales del Perú. Este hallazgo, si se confirma mediante perforaciones exploratorias, puede marcar un antes y un después en la matriz energética nacional.
El impacto para Tumbes, Piura y regiones aledañas sería profundo. La explotación de estos recursos no solo implicaría una generación masiva de empleos, sino también un dinamismo económico extendido en infraestructura, servicios, logística y cadenas de valor locales.
La modernizada Refinería de Talara, equipada para procesar 95,000 barriles diarios, se beneficiaría con un suministro nacional cercano, reduciendo costos e impulsando su eficiencia operativa. Además, los puertos de Paita, Talara y Bayóvar se verían transformados en centros logísticos de proyección internacional.
Sin embargo, este auge también plantea desafíos complejos. Los ecosistemas marinos de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau y la desconfianza de comunidades costeras —marcadas por derrames anteriores como los de Repsol en 2022 y Talara en 2024— exigen una estrategia de desarrollo basada en altos estándares ambientales, diálogo social, transparencia y equidad territorial. Se requiere establecer una licencia social sólida, con beneficios tangibles para las comunidades, mediante empleos dignos, inversión en salud, educación y fortalecimiento de capacidades técnicas locales.
Una propuesta clave es la creación de un fondo soberano inspirado en el modelo noruego, que asegure que los ingresos extraordinarios por hidrocarburos financien proyectos sostenibles a largo plazo, especialmente en regiones productoras.
Asimismo, se debe proponer un Plan Maestro para el norte peruano que integre desarrollo energético, protección ambiental, inclusión social y alianzas público-privadas. Un plan desarrollado con visión al futuro, con participación ciudadana, que vaya construyendo su desarrollo sostenible, desde ahora, para que no suceda lo de la inauguración del mega puerto de Chancay, sin interconexión vial, por carreteras, ferrocarril, hacia el interior del país. O lo del reciente inaugurado aeropuerto internacional Jorge Chávez, sin conexión con la ciudad, y que recién estarán listas en unos años
En este contexto, surge un nuevo elemento estratégico: las negociaciones entre Perú y potencias globales como Estados Unidos y China para la instalación de bases espaciales en la misma zona. EE.UU. ya ha suscrito un acuerdo con la Fuerza Aérea del Perú, mientras que China también muestra interés por establecerse en la región. La ubicación geográfica privilegiada del norte, cerca del ecuador terrestre, lo convierte en un lugar ideal para lanzamientos espaciales. Esta confluencia de intereses energéticos y espaciales puede proyectar a Tumbes como un nodo geoestratégico del siglo XXI.
Sin embargo, esta oportunidad también conlleva riesgos. El Perú deberá gestionar con inteligencia su soberanía, evitando convertirse en terreno de competencia entre superpotencias. La clave estará en establecer reglas claras, transparentes y con beneficios verificables para la población local, el medio ambiente y el país en su conjunto.
El norte peruano, tradicionalmente olvidado, se encuentra hoy en el umbral de una transformación profunda. Lo que está en juego no es solo un nuevo polo energético, sino la posibilidad de construir un modelo de desarrollo que combine eficiencia económica, sostenibilidad ambiental y gobernanza estratégica en un mundo cada vez más interconectado.
Añádanle a estas posibilidades de desarrollo, la intermodal que va hasta el río Amazonas y de ahí hasta el Atlántico, para la bioceanidad con Brasil, lo que implica puertos fluviales, centros logísticos, el proyecto Puyango-Tumbes, los fosfatos de Bayovar, el proyecto Olmos, el puerto de Eten, entre otros.
Mucho por hacer en el Perú, y para que se haga bien, se necesitan buenos gobiernos, buenas autoridades. Se pierde mucho tiempo con esta clase de autoridades, por este deficiente sistema electoral, que permite que cualquiera llegue al poder. Y este país, no es para cualquiera. Hay que amarlo y respetarlo, y darse cuenta, que no nos merecemos gobiernos y autoridades, tan malas como nos han tocado todos estos últimos años, que nos hacen perder tiempo y lograr desprestigio internacional, que ahuyenta a los inversionistas
Termino con una pregunta muy simple, ¿Existe en el Perú y/o en el Mundo, alguien en su sano juicio que contrataría a la Sra. Boluarte con su Hoja de Vida y sus conocimientos, habilidades, y comportamientos demostrados desde el 28 de julio del 2021, acentuados desde el 7 de diciembre del 2022, y le pagaría diez mil dólares mensuales, aparte de una serie de beneficios?
La respuesta sin duda, es que nadie en el Perú y/o en el Mundo, lo haría, entonces, porque este gobierno se permite hacerlo. Es una burla al país. Es un desperdicio de recursos. No se lo merece. Protesto, al igual que la mayoría de los peruanos
«Dar el ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera». Albert Einstein
#JuandeDiosGuevara