Perú en Octubre de 2025

El 9 de octubre, mientras escribía mi artículo semanal, reflexionaba sobre si valió la pena que Dina Boluarte no convocara a elecciones al asumir el poder el 7 de diciembre de 2022. La ambición por mantenerse en el cargo, blindada por un Congreso impopular, llevó a una brutal represión de las protestas ciudadanas.

Hoy, en octubre de 2025, la vacancia de Boluarte, ocurrida horas después de escribir estas líneas, confirma lo que ya era evidente: su gestión fue la crónica de una muerte anunciada. Su llegada al poder, con los congresistas que la blindaron, no es sino un síntoma de un sistema electoral nacional que no filtra la oferta, que impone opciones que la mayoría de peruanos rechazó en 2021.

La sola vacancia no es la solución; es solo parte del problema. La otra parte son los cómplices. El país está harto de una clase política que no lidera con el ejemplo y exige una oferta electoral selecta y calificada. Necesitamos organizaciones políticas con gente proba y decente, con planes estratégicos de desarrollo y sin pendientes con la justicia. El elector debe poder escoger sin temor a ser engañado y perder, una vez más, un tiempo valioso.

  1. Crisis de Legitimidad: Un Rechazo Histórico

La desaprobación de Dina Boluarte alcanzó niveles históricos, entre 93% y 96% según encuestas de Datum, CPI e Ipsos (septiembre-octubre 2025). Este rechazo es transversal. El Congreso no se queda atrás, con un 90% a 94.4% de desaprobación, percibido como una institución desconectada, enfocada en intereses propios. Esta polarización ha consolidado una desconfianza estructural que amenaza la estabilidad del país.

  1. Deterioro Internacional y Riesgo Diplomático

La imagen global del Perú se ha deteriorado gravemente. La liberación de Alberto Fujimori en diciembre de 2023, a pesar de las advertencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), fue calificada por la Corte como un «abierto desacato». Las tensiones persisten con intentos del Ejecutivo y el Congreso de cuestionar la permanencia del Perú en la Corte IDH. Este desafío al Estado de derecho no solo daña la reputación del país, sino que pone en riesgo acuerdos comerciales clave, como el TLC con la Unión Europea, y complica la adhesión a la OCDE.

  1. Economía Frágil y Tragedia Social

Aunque las proyecciones para 2025 estiman un crecimiento del PBI entre 2.8% y 3.1% (BBVA Research, OCDE, BCP), la inestabilidad política, la corrupción y un Estado de derecho débil actúan como un freno para la inversión.

La crisis económica se traduce en una tragedia social: más de 17 millones de peruanos (51.7% de la población) enfrentan inseguridad alimentaria, según la FAO. En el país de la rica gastronomía, más de la mitad de sus ciudadanos no puede garantizar una ingesta adecuada.

  1. La Fuga de Talento y el Talón de Aquiles Educativo

La desesperanza impulsa una migración masiva: 7 de cada 10 universitarios y el 76% de los jóvenes planean dejar el país, según encuestas de 2025. Esta fuga de capital humano, formado con recursos peruanos, agrava las brechas sociales y económicas, condenando al país a un ciclo de menor desarrollo.

La educación, clave para romper este círculo vicioso, sigue siendo el gran reto. Si bien el Perú mostró avances en PISA 2022, las deficiencias en matemáticas y lectura, donde el bajo rendimiento duplica el promedio de la OCDE, evidencian la magnitud del desafío. Sin una reforma educativa sólida, no se podrá construir la base de conocimiento técnico necesaria para un desarrollo sostenible.

  1. Reacciona, Perú: Es Hora de Dejar el «Modo Titanic»

El Perú de 2025 está en una encrucijada peligrosa: una élite política de espaldas a la ciudadanía, enfrascada en la lucha por el poder, e ignorando un rechazo social casi unánime.

La gran ausente sigue siendo la visión de futuro. El llamado del Acuerdo Nacional debe impulsar un debate genuino, libre de intereses mezquinos, centrado en la Planificación y la Educación como ejes de desarrollo, para recuperar la legitimidad y construir un país viable.

La democracia necesita resultados, no solo votos. Si la clase política no reacciona ante la crisis galopante, el Perú seguirá en «Modo Titanic», rumbo a una decadencia estructural que comprometerá el futuro por décadas. Es hora de gobernar en lugar de sobrevivir. Reacciona, Perú.

#JuandeDiosGuevara

 

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