“El Perú en su laberinto”, fue el titular que vi en un noticiero extranjero, con el que daban inicio a noticias sobre nuestro país. Y de fuera nos ven como siempre nos ven, cómo un país que sea por la razón que fuere siempre ocupa titulares de primera plana a nivel mundial. Me contaba un periodista corresponsal en el exterior, que una de las plazas más deseadas era ser nombrado corresponsal en el Perú, porque así de seguro, sus envíos iban a ocupar portadas, y eso era muy bueno, para sus carreras profesionales
Cómo siempre repito, “en el Perú te puedes morir de cualquier cosa, menos de aburrimiento”. Vaya vida que nos ha deparado nuestra historia, primera civilización en América, primer Imperio, primer virreinato, y luego una república, que no puede ser primera, porque no logra armonizar una visión compartida hacia futuro, teniendo muchas condiciones a su favor, para que así lo sea
Pero lo que falta entiendo, son definiciones de conceptos básicos, para interactuar mejor, establecer un diálogo y encontrar un mínimo plan consensuado. 1. La esencia del poder está en lo económico, y hoy en día existe una gran concentración de la riqueza, lo que hace que el poder político a su lado sea una sombra. 2. Que esa esencia de poder sigue pensando, que el Estado es algo malo; se han quedado con la idea fija de un modelo estatista tipo soviético en dónde se creía que el Estado debía resolverlo todo, hecho que el tiempo demostró que no era ese camino totalitario, el que se debe seguir; por lo que perseverando en su error conceptual, en forma radical abogan por una presencia mínima del Estado 3. Sin embargo los que quieren una presencia mínima del Estado, quieren orden, disciplina, seguridad, y suponen también, que deben dar, -porque no la utilizan-, salud, educación, entre otros, y la justicia, caso aparte, por su poder, siempre la consideran a su disposición
Y renunciar al Estado en los tiempos actuales, en sociedades contemporáneas cada vez más complejas, es imposible. Lo vivimos con la pandemia, dónde tuvimos el triste récord, de más muertos por millón en el mundo. Tuvimos más de 200 mil víctimas. Mucho dolor. Fue un punto de quiebre. La pandemia desnudó nuestra realidad nacional. Y nos hizo ver que nuestro Estado no funcionaba. Las carencias mostradas en su pobre desempeño, nos fue revelando, que esta ineficiencia llegaba a casi todo su radio de acción, y se mantienen vigentes, tal como la sufrimos diariamente, por su mala gestión
El Estado peruano cuenta con 1 millón 422,000 servidores civiles, distribuidos en todas las entidades públicas, de los cuales el 45 % pertenece al Gobierno Nacional; el 42 %, a los gobiernos regionales (incluye profesionales de la salud y educación básica), y el 13 %, a los gobiernos locales. Imagínense todo lo que se pudiera hacer, contando con un millón y medio de personal, si este en su totalidad fuera capaz, idóneo para su cargo, competitivo globalmente, con una visión y misión clara y precisa a cumplir. Creo estaríamos mucho mejor de lo que estamos. Por eso, debemos definir qué Estado queremos. O un Estado que sirva para reprimir, y meter golpe con total impunidad, cuando sus intereses son afectados, o un Estado eficiente en todo su ámbito de acción, que sirva a la sociedad, hasta ejerciendo su autoridad, poniendo orden, profesionalmente, sin apagar vidas
El Estado, debe tener lo mejor dentro en toda su organización, porque es el valor colectivo que tenemos y que necesitamos. Porque el mercado todo no lo puede arreglar, porque necesitamos políticas globales, porque alguien tiene que tomar decisiones, en el acierto o en el error, porque tenemos que respetar esas decisiones, porque tenemos que movernos como colectividad, y no que cada uno haga lo que quiera. Sin embargo, en el paso de los gobernantes, que hemos tenido, el Estado ha sido un botín, y en dónde ha ingresado cualquiera por el “tarjetazo de turno”. También hay excepciones, buenos y muy buenos, que hacen que siga la maquinaria. Pero imaginémonos por un momento, que todos fueran buenos, muy buenos y honestos
La Constitución Política del Perú de 1993 reconoce que la sociedad económica peruana se rige por los principios de una Economía Social de Mercado, entendida como una condición sine qua non de un Estado Social y Democrático de Derecho, La Constitución de 1993, bajo economía social de mercado, establece que “el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura”.
“La economía social de mercado, también conocido como capitalismo social o capitalismo del Rin es un modelo de economía y sociedad «con la meta de crear una economía que desde la base de la competencia combina la libre iniciativa con un progreso social asegurado por la capacidad económica». Se basa en los elementos de configuración de la economía de mercado libre. Al mismo tiempo una política de competencia estatal debe asegurar la competencia, y evitar la concentración de poder privado (monopolios o carteles). El pensamiento básico es que la economía de mercado solo puede desarrollar sus funciones de incremento de prosperidad y coordinación cuando está intercalada con una política de orden estatal estrictamente apegada a la competencia.
Los elementos de configuración son la libre formación de precios para bienes y servicios en el mercado, propiedad privada de los medios de producción y el estímulo de aspiración de ganancia. El Estado debe corregir y complementar los sucesos del mercado con intervenciones activas en la economía cuando es necesario para el interés del público (por ejemplo, política social, política de coyuntura o política del mercado laboral). Pero estas tienen que ser “conformes con el mercado”, eso significa que tienen que ser compatibles con el orden del mercado económico y no deben dificultar la interacción de demanda y oferta. La forma y el volumen de la intervención estatal no son determinadas en concreto y han sido parte de discusiones académicas y científicas”.
Pero ese Estado que postula la Constitución del 93 y que muchos la defienden sin conocerla, no existe. Nadie se preocupa en construir un desarrollo sostenible del Estado peruano. Más bien, en todo momento se le bombardea al Estado. Cuando el contar con un buen Estado debería ser una prioridad. Si con los indicadores cuantitativos positivos con que se resaltan los logros de la constitución del 93, se hubiera obtenido desarrollos positivos en la construcción del Estado, para ejercer una Economía Social de Mercado, que tanto éxito, le ha dado a Alemania, Austria, por citar unos ejemplos, otra sería la realidad. Seguramente las protestas sociales, no tendrían la dimensión que han obtenido, ni de repente, motivos para hacerlas. Y eso, hay que asumirlo. No hay que confundir Estado con comunismo, terrorismo. Bien decía Einstein, «más fácil es destruir un átomo, que un preconcepto»
Así es que seamos más conscientes de nuestra realidad nacional y hagamos el mayor esfuerzo de reformar nuestro Estado, para hacerlo cumplir su rol. Y hagamos meritocracia con transformación digital. Construyámoslo entre todos. Es nuestro patrimonio. No está bien, que el canon minero a las regiones se haya incrementado un 166.1%, de 2.947.368.033 (2021) a 7.844.240.511(2022) millones de soles, y estos dineros no sean bien gestionados. Perdemos oportunidades. Por eso reiteradamente, propongo que las universidades solas o consorciadas con otras de acá o del exterior, se sumen al apoyo de gestión, por territorios
Si a la mala gestión, le sumamos la corrupción, los motivos y razones de las protestas se incrementan, porque los servicios públicos no les llegan y ven “prósperos cambios de vida”, en sus autoridades y allegados, fomentando más, el resentimiento y la protesta. Contralor Shack: «En 2022 fueron detectados 8.730 funcionarios públicos en corrupción. La corrupción creció en el gobierno de Pedro Castillo, en particular en la designación de funcionarios sin mérito y en contrataciones de millonarios proyectos de infraestructura en los sectores Transportes, Educación y Salud. El perjuicio económico al Estado alcanzaría los 1.134 millones de soles»
Si a lo anterior, le sumamos también y muy importante, que en estos últimos dos años, las máximas autoridades hayan llegado a sus pueblos nunca antes visitados, y recibir el ofrecimiento de un profesor rural, “una persona como ellos”, que todo iba a cambiar, porque “no más pobres, en un país rico”, hecho que no se cumplió, por la evidente incompetencia que nos rodea, se puede explicar con mayor claridad, la contundencia de las protestas, y que por lo que se aprecia en las declaraciones de los participantes, “no van a parar”. Su esperanza se desvaneció, y por eso protestan. Quieren que se les escuche, y se les proponga soluciones. Pero ni el ejecutivo, ni el congreso, las tienen
Es hora de reflexionar y actuar. Reitero, las diversas propuestas deben ser canalizadas al Acuerdo Nacional, para que la sociedad civil, imponga la agenda a seguir. Si queremos cambiar, debemos empezar cambiando a la clase política nacional, que tanto daño le ha hecho, le hace y le seguirá haciendo al Perú, si es que no cambia. No es agradable, que se refieran a nosotros desde fuera, cómo se aprecia a continuación:
The Economist: Perú dejó de ser un país democrático por conflictos tras el fallido autogolpe de Pedro Castillo The Economist consideró a Perú como un «régimen híbrido». El autogolpe del expresidente izquierdista “debilitó su democracia inestable”. Siete cambios de presidentes en los últimos seis años, constantes enfrentamientos entre los poderes del Estado y la represión social marcaron este escenario. La Alianza del Pacífico en riesgo
The Guardian: ‘Lucharemos hasta el final’: un recorrido por el centro del levantamiento peruano (Tom Phillips en Sicuani) Desigualdad, pobreza y discriminación están detrás de explosión de ira rural contra Lima rica
Simeon Tegel, (periodista británico radicado en Lima, Perú).La verdadera razón detrás de la crisis política de Perú. Puede resumirse en un solo factor histórico: la corrupción.
New York Times. Protestas en Perú: la canciller reconoce que no hay pruebas de respaldo de criminales. La ministra de Relaciones Exteriores, Ana Cecilia Gervasi, admitió que el gobierno no cuenta con evidencia de que las manifestaciones sean impulsadas por grupos criminales, aunque insistió en que se hallarán las pruebas
Consecuencia: Moody’s varía la perspectiva de la calificación de Perú de estable a negativa. Resultado: Menor generación de empleo y renta, por la menor atracción de invertir en el Perú
Adicionalmente, las organizaciones de derechos humanos, nos miran mal, alejando aún más a los inversionistas, a los turistas (al empleo y a la renta); la naturaleza se sumó a los bloqueos de las carreteras, en el momento que las Fuerzas Armadas las desbloqueaban; y el Congreso, que en una semana ha demostrado su intención de quedarse, al rechazar cuatro (4) propuestas de adelanto de elecciones. No les interesa el país. No escuchan, no entienden nada. Ellos están pensando en su próximo aumento de sueldo
A eso súmenle, un gobierno presidido por una cliente de un abogado que es a su vez, su premier, y que ambos tienen sus twitters pasados que los condenan. Cuando uno lee sus declaraciones pasadas y su actuar en estos momentos, demuestran la capacidad de algunos, de cambiar 180 grados por estar en el poder, y nos reafirman la tesis de que nuestro Estado está mal. Si lo hubiéramos hecho bien, con seguridad, habría los filtros, para que cualquiera no llegue al poder, tal como lo estamos viviendo y sufriendo con estos gobiernos y congresos, cada vez más malos, desde hace tiempo
Hora de tomarse en serio al Perú. Hora de cambio
#JuandeDiosGuevara