Viviendo el momento actual, recordaba la Odisea, lectura de la época escolar, que a su vez me hacía recordar “Entre Escila y Caribdis Reflexiones sobre la vida peruana” de Augusto Salazar Bondy (ASB), lectura obligada en la época universitaria, y en donde se refería a “las necesidades y las esperanzas de los peruanos de hoy y a sus ideales, nutridos en sus conciencias por los peligros de alienación que confronta un país débil y pequeño, expuesto a navegar en la historia entre los Escila y los Caribdis de la dominación y el abatimiento. Quieren ser un testimonio de época en un mundo en hondo proceso de revisión de valores y de postulación de nuevos fines sociales”.
Este libro escrito en 1969, refleja que nuestros problemas son crónicos. Lo mismo que en 1969, ahora en el 2021. Y pudieran ser proféticas sus palabras: “La experiencia de la vida peruana, de sus hondas oposiciones y sus tremendas desigualdades e injusticias, de las seculares carencias e insuficiencia que la tienen sumida en un estado de crisis crónico, provoca en todo espíritu sano una sincera actitud de rechazo y de condena. Si semejante actitud se convierte en un gran movimiento político, con resonancias en todas las capas verdaderamente nacionales, puede llevar a una transformación radical de nuestro país”. (ASB)
El domingo lo sabremos. Gane quien gane, tendrá que hacer bien las cosas, porque la población está al límite, con esta crisis sanitaria, económica, política, social y mental. Se debe tomar conciencia de que con esto de la pandemia, el mundo cambió y seguirá cambiando en lo que a solidaridad a nivel global se refiere. Nos hemos sentido miembros de la especie humana. Todos dependemos de todos. Nosotros en los países en vías de desarrollo dependiendo de los que tienen el conocimiento y la solución al problema, que es la vacuna, como la logística para distribuirlo mundialmente. Y ellos, dependen que nosotros nos curemos, porque mientras no lo estemos, no se podrá volver, a lo que era antes de la pandemia. Es un momento de cambio
Esto obliga a reflexionar sobre lo que es el paso del hombre en la vida. ¿Qué somos?, ¿Qué queremos en este corto plazo de tiempo de la historia que nos toca vivir? Y sobre ello, debemos plantearnos los planes de gobierno. Los planes de acción de dónde estamos y adónde queremos llegar, «Lo importante en esta vida no es donde estamos, sino en que dirección nos movemos» W,Holmes. Lo que significa establecer objetivos con estrategias y acciones a realizar en el tiempo y en qué tiempo, cuanta gente necesitas, con qué organización, y recursos debes contar. Entonces, cuanto significa, de dónde lo vas a sacar, y cuanto te va a rendir. Y se te controlará. Y si no se logra lo ofrecido, debe haber sanción. Pero esas sanciones significativas, esas que escarmientan. Para eso, se deben realizar transferencia de capacidades. Ya es hora de hacer bien las cosas. Sin educación no hay cambio
Hay mucho por hacer, pero si no lo hacemos bien, seguiremos como estamos, y aún peor. Más de 184 mil muertos a la fecha en el Perú por COVID 19, cifras oficiales. Más del doble de víctimas de las ocurridas en la lucha contra el terrorismo, en sólo poco más de un año. Cómo 2 millones de peruanos contagiados por el COVID 19, y un poco menos, ya dados de alta. Gran tragedia nacional y mundial. Con el proceso de vacunación iniciado, estamos en camino a lograr la inmunidad de rebaño, pero ello demanda tiempo y que la logística funcione bien a nivel nacional, todo el tiempo que sea preciso. Recién ahí, podremos intentar reactivar la economía, con todos los motores encendidos. Pero para ello, también se necesita tiempo. Por lo que habrá que seguir teniendo, paciencia y buen humor
El que gane esta segunda vuelta, debe tener claro que la población quiere respuestas inmediatas a sus necesidades y el proceso de cambio necesario demandará tiempo, como todo en la vida, por lo que hay que saber comunicarlo y demostrar el porqué de las acciones a realizar, como pidiendo el concurso de todos será fundamental. Los 4 presidentes, con 2 congresos, cada uno más atroz que el otro, en tan sólo 5 años, con el virus COVID 19, en los últimos 15 meses, causando tanto daño, han logrado un coctel letal.
Haber vivido y logrado sobrevivir a todo esto, hace pensar que Job el hombre de la santa paciencia, acá se hubiera vuelto un revoltoso cascarrabias, impaciente, desesperado, y encima con la salud mental deteriorada, cómo muchos ya ahora, la tenemos. El haber llegado hasta este momento de tener nuevo gobierno 2021-2026, resulta una puesta a prueba en extremo de tolerancia, a la que hemos sido sometidos. Qué tales años, que nos han tocado vivir. Cómo siempre repito, cuando me refiero al Perú, “de cualquier cosa te puedes morir, menos de aburrimiento”, pero en estos últimos tiempos, los hechos fueron tan grotescos, que se volvieron pesados, reiterativos, desagradables, aburriendo en extremo, quitándole así toda excepción a la muerte. Y el dolor se siente. Difícil encontrarse con alguien que no haya tenido una víctima en su círculo de relaciones y una molestia por todos los malos momentos vividos por culpa de nuestra clase política. Y esto se tiene que tomar en cuenta por todos los que les va a tocar gobernar, dirigir el país, entre el 2021-2026. Los peruanos en general, ya están cansados de malos ejemplos, de malos líderes. La gente quiere ser feliz, vivir en paz, en un país en permanente progreso. Quiere hacerlo por su propio bien y de los suyos. Cuidado, con el cansancio de la población
Prueba de ello, es que después de este lustro de cansancio de los malos políticos, con destapes de la corrupción, donde han desfilado toda una serie de personajes de nuestra vida nacional; comisiones investigadoras que taparon lo evidente; suicidio de un expresidente, ante el llamado de la justicia. Más otros, prófugos de la justicia, esperando su extradición, han ocasionado, cansancio y hartazgo de la población, hecho que se revela en que 4 de cada 5 peruanos no votaron por las opciones a elegir el domingo, y el ausentismo fue enorme, un 30%.. Muy lamentable, resulta estar siendo ser testigo de todo este episodio de la historia política nacional, qué para mayor tristeza, se repite a lo largo de nuestra historia. Por eso la gente quiere cambio, que evidentemente es necesario. Lo único permanente es el cambio. Pero muchos le temen al cambio, se resisten al cambio. Pero, hay que hacerlo. Cambiar bien, con prudencia y sabiduría
Esperemos que gane el Perú, y la forma es, que se maneje bien la economía. La gente quiere cambios positivos, no experimentos, ni populismos. Los peruanos queremos que lo que se haga sea bien hecho, bien pensado, honestamente. La mala política con la pandemia, han afectado la economía severamente, por eso el que salga elegido, con sus equipos de colaboradores deben asumir con mucha responsabilidad este significativo desafío
Y la población debe respetar los resultados, y sumarse participativamente en el nuevo periodo de gobierno. Todos somos peruanos, y el lunes 7 sigue la vida. Luego a que hagan un buen plan quinquenal, con objetivos, a corto, mediano y largo que concluyen en el 2026. Y si lo hacen bien, con seguridad, podrán ser respaldados en las urnas, para continuar con su labor, cómo pueden ser rechazados con los votos, los que ofrezcan una oposición responsable, lo que significará la construcción de alternativas democráticas, que deseamos sirvan para un Perú mejor. Eso es el ejercicio de la democracia
Recuerdo que luego de los resultados de la primera vuelta, los simpatizantes del modelo económico, que no son pocos, empezaron a agradecer a Castillo, el que les haya reventado la burbuja en que vivían, en hacerles ver que el Perú no es sólo Lima, que hay tantas personas olvidadas, que hay hambre, enfermedades, injusticia y demás carencias. Y que prometían iban a cambiar, que la lección la habían aprendido. Que iban a ser más empáticos, más amables. Le agradecían también el haberlos hecho temblar, y buscar sus pasaportes gringos, italianos o españoles. Reconocían todos sus errores, para luego afirmar: “Gracias, pero NO gracias Castillo, aunque no la queramos, y sepamos quien es: Keiko presidente”. Pensé que el mea culpa, iba ser público a continuación, pidiendo perdón por todos los errores y daños causados a la continuidad del progreso en el Perú, explicando el modelo económico, sus beneficios, sus ajustes y correctivos necesarios a realizar, convocando y buscando el perdón y la reconciliación nacional. Pero para sorpresa de muchos, contrataron un estratega publicitario, seguramente importado, que creyendo que lo que le resultó en un país, le va a resultar en otro, con otras experiencias, y por lo tanto diferentes.
Y así fue que la campaña, no se dedicó a presentar propuestas, si no a crear miedo y terror, terruqueando y coloreando el ambiente, amenazando en ser cómo Venezuela, si por Keiko no se votara, cómo si la gente no viera a diario a más de un millón de venezolanos deambulando por lo largo y ancho del país, para saber que ese no es el camino, y encima recordando el terrorismo como si no estuviera presente en la vida nacional, con tanta gente inocente, víctima de tanta insania, tanto mal recuerdo. Finalmente, a pocos días de realizarse la segunda vuelta, al darse cuenta que con esa campaña de terruquear, no le funcionaba según las encuestas, en un populismo desbordante, empezaron a ofrecer el oro y el moro, y pidió perdón. ¿Eso le alcanzará? ¿Será eso posible? El domingo lo sabremos.
Por su parte Pedro Castillo, del que dicen que nadie lo vio venir, o mejor dicho, nadie lo quiso ver, representa, precisamente, a toda esa gente que tratamos como si no existieran. Y los pobres y los olvidados existen en el país. Las diferencias en el progreso y desarrollo entre la capital y el interior son abismales. Por ello, las masivas manifestaciones de apoyo en su gira electoral, a pesar del COVID y el ataque masivo que recibe su candidatura por los medios de comunicación de mayor audiencia. Cualquier candidato hubiera sucumbido ante este ataque tan feroz y continuo. Su discurso y su plan de gobierno, como su equipo técnico, lo van armando día a día. Creo que no se imaginaron llegar a estas instancias. Eso pareciera no afectar a sus seguidores, que lo mantienen en el primer lugar en las encuestas. Todos hablan de un voto resentido, pero nadie quiere hablar de lo que causa el resentimiento. Pero ahí se ve el fervor de la gente en sus presentaciones. Les representa toda una esperanza de cambio alguien como cualquiera de los ciudadanos de a pie, y por eso, se sienten representados. Realmente, todo un fenómeno político, que nos ha dado a todos un fuerte llamado de atención: “El Perú, no sólo es Lima. Hay grandes diferencias, desigualdades” ¿Le alcanzará ello para ganar el domingo? Pronto lo sabremos
A votar sin miedo. Cualquiera que gane, que lo haga bien. Los peruanos necesitan que todo se haga bien. Creo que por los 200 años, nos debemos dar ese regalo. Alguito nos merecemos. Ya nos toca. A respetar los resultados, y lo mejor para el Perú. Un gran cambio, una gran revolución, sólo sería que el siguiente gobierno salga el 2026, con las manos limpias. Ojalá obtengamos más. Buenas elecciones
#JuandeDiosGuevara