Ideas de negocios con Indonesia

Adicional a las recomendaciones que sugiero en mi artículo de la semana pasada, sobre el “Viaje a Japón e Indonesia”, para que las inversiones en realidad se concreten, a continuación analizo algunas posibilidades de negocios que se pudieran realizar con Indonesia

Perú-Indonesia

  • Perú exportó a Indonesia en 2024 191.411 millones de dólares
  • Perú importó de Indonesia en 2024 507.540 millones de dólares

Sobre la relación comercial entre Perú e Indonesia, aunque aún modesta, tiene un gran potencial de crecimiento. Ambos países se benefician de su membresía en la APEC, que facilita el diálogo y la cooperación económica. En cuanto a sectores para invertir, el Perú es un líder mundial en la producción de cobre, zinc, oro y otros minerales. Indonesia, con una economía en rápido crecimiento y una fuerte industria manufacturera, demanda estos recursos. Las oportunidades de inversión para Indonesia en Perú se centran en la exploración, la extracción y la tecnología para una minería sostenible.

Perú puede exportar a Indonesia productos como uvas, mangos, espárragos y súper alimentos como la quinua y la maca. Por otro lado, Indonesia puede ofrecer productos como el aceite de palma, café, cacao y especias. Las alianzas estratégicas pueden enfocarse en la creación de cadenas de valor, con empresas peruanas y de Indonesia colaborando para procesar y distribuir estos productos en sus respectivas regiones.

Ambos países tienen una vasta biodiversidad marina. Las oportunidades se encuentran en la inversión conjunta en tecnología de acuicultura para la producción sostenible de especies de alto valor, así como en la modernización de la infraestructura para el procesamiento y la exportación de productos pesqueros.

Indonesia es una potencia en la industria textil y de manufactura. Perú puede beneficiarse de esta experiencia mediante la importación de productos y, más estratégicamente, atrayendo inversión de Indonesia para establecer fábricas en Perú que utilicen la lana de alpaca o el algodón pima, con el fin de exportar productos de alta gama.

El principal marco de cooperación es la APEC. Dentro de este foro, se pueden fomentar acuerdos bilaterales para reducir aranceles, simplificar trámites aduaneros e incentivar la inversión directa. Se pueden formar joint ventures donde empresas de Indonesia aporten tecnología y capital, y las peruanas pongan los recursos naturales y el conocimiento local.

Los empresario de Indonesia, deberían aprovechar los recursos naturales peruanos y su acceso al mercado de América del Sur, combinando la experiencia de Indonesia en manufactura y su vasta red comercial asiática.

Un plan estratégico sería establecer una planta de procesamiento de pescado en la costa peruana para procesar productos pesqueros de alta calidad (como pota, langostinos o atún) para el mercado asiático. La estrategia sería usar la tecnología de Indonesia para garantizar la calidad y eficiencia, creando una marca conjunta para exportar a los mercados del sudeste asiático y Japón.

Para los empresarios indonesios sería bueno asociarse con una empresa minera peruana para invertir en la exploración y extracción de cobre. Su aporte no sería solo capital, sino también tecnología para el procesamiento del mineral, buscando optimizar la cadena de valor y asegurar un suministro estable para la industria de manufactura de Indonesia.

Otra buena idea sería que desarrollen un hub de distribución en Perú, aprovechando la ubicación estratégica del Perú, especialmente con la construcción de nuevos puertos, para establecer un centro de distribución. Desde aquí, podrían importar productos de Indonesia (textiles, electrónicos, vehículos) para su reexportación a países vecinos como Chile, Colombia o Brasil, convirtiendo a Perú en la puerta de entrada de productos de Indonesia a Sudamérica.

Para los empresarios peruanos, el  objetivo debería ser penetrar en el vasto y creciente mercado de Indonesia, la cuarta nación más poblada del mundo, y usar su posición en el sudeste asiático como puerta de entrada a la región.

Un buen plan sería exportar súper alimentos y productos agrícolas, asociándose con distribuidores de Indonesia para introducir productos peruanos como la quinua, chía, cacao de alta calidad y café de especialidad. La estrategia sería posicionarlos como productos saludables, gourmet y exóticos, con una narrativa de origen andino y amazónico que capte el interés de la clase media de Indonesia, que es cada vez más numerosa y sofisticada.

Invertir en la creación de una agencia de viajes especializada en llevar turistas de Indonesia a Perú, promocionando rutas que combinen la historia de Machu Picchu, la gastronomía limeña y la aventura en la Amazonía, destacando las similitudes culturales de ambos países como miembros del APEC. Esto no solo sería un negocio turístico, sino también una plataforma para fortalecer los lazos culturales.

Otra idea sería asociarse con fabricantes de Indonesia para producir prendas de alpaca o algodón pima de alta gama. Perú aportaría la materia prima de lujo y el diseño, e Indonesia aportaría su capacidad de manufactura y su acceso a los mercados asiáticos. El objetivo sería crear una marca que combine la calidad de la fibra peruana con la eficiencia de la producción de Indonesia, para competir en el segmento de lujo de Asia.

Si habláramos de un Plan Estratégico de Desarrollo para Perú e Indonesia, a corto plazo, el Perú debe incrementar la exportación de materias primas y productos agrícolas clave como uvas, mangos y harina de pescado, participando en ferias comerciales en Indonesia para dar a conocer la oferta peruana. Indonesia por su parte, debe aumentar la exportación de manufacturas, productos electrónicos y textiles. A través del APEC, identificar y simplificar los procedimientos burocráticos que dificultan el comercio bilateral.

A mediano plazo, Perú e Indonesia en conjunto, deben fomentar la creación de empresas conjuntas en el sector de la acuicultura, donde la tecnología de Indonesia se combine con los recursos marinos de Perú para la exportación a terceros mercados. Igualmente, deben promover el intercambio de conocimiento en áreas como la industria del petróleo y gas (donde Indonesia tiene una vasta experiencia) y en tecnologías para la agricultura en zonas tropicales. También sería bueno, lanzar una campaña de promoción turística mutua, facilitando los trámites de visa y creando paquetes de viaje que combinen las maravillas de ambos países.

En el largo plazo, se deben posicionar como un bloque económico en el Pacífico. Juntos, pueden formar una alianza para exportar productos con valor agregado a terceros mercados, especialmente en América Latina y el resto de Asia. Por ejemplo, una empresa conjunta podría combinar el cobre peruano con la capacidad de manufactura de Indonesia para producir componentes que se exporten a otros países del APEC. La idea es pasar de una relación de compradores y vendedores a una de socios estratégicos que crean y exportan productos de valor añadido juntos.

Este plan buscaría ir más allá de la simple compra y venta de productos para construir una alianza duradera, basada en la confianza y el aprovechamiento de las ventajas competitivas de cada país.

La presencia de empresas de Indonesia en Perú aún es incipiente, pero hay un creciente interés y algunas inversiones clave que marcan el camino. La relación se enfoca principalmente en la adquisición de materias primas y la exportación de productos de Indonesia a Perú. Un caso destacado es la inversión de la empresa de Indonesia Pacific Palmindo Industri en el sector pesquero peruano, específicamente en la adquisición de la empresa Corporación Pesquera Inca (Copeinca). Esta inversión subraya el interés de Indonesia en los recursos marinos del Perú, así como en la tecnología y la eficiencia del sector pesquero peruano, que es reconocido a nivel mundial.

La Embajada de Indonesia en Perú ha manifestado un interés estratégico de sus empresas en el sector minero, la infraestructura y el sector de hidrocarburos. Existe un potencial de inversión en el procesamiento de minerales y en la exploración petrolera, donde Indonesia tiene una vasta experiencia. Además, se espera que las inversiones aumenten una vez que el potencial de Perú como hub logístico hacia Sudamérica sea más evidente con el megapuerto de Chancay.

El comercio bilateral ha mostrado un crecimiento sostenido, pero aún tiene un gran potencial para diversificarse. El balance comercial se ha inclinado históricamente a favor de Indonesia. Perú exporta principalmente recursos naturales a Indonesia, como minerales (cobre y zinc), harina de pescado, y productos agroindustriales como el cacao y el café. Indonesia, por su parte, exporta a Perú una amplia gama de productos manufacturados, como textiles, calzado, papel, productos de caucho, aceite de palma y vehículos.

No hay una presencia de empresas peruanas con grandes filiales en Indonesia, como sí ocurre con otros países. El foco de las empresas peruanas ha sido la exportación. Empresas del sector agroindustrial como Camposol o del sector pesquero como Exalmar han explorado el mercado de Indonesia, buscando colocar sus productos de alto valor agregado. Sin embargo, el desafío para las empresas peruanas es penetrar en un mercado tan grande y competitivo, lo que requiere un esfuerzo coordinado en marketing y logística.

El megapuerto de Chancay es un catalizador para el comercio con toda la región de Asia-Pacífico, y para Indonesia en particular. Las ventajas son directas y significativas. La principal ventaja del puerto de Chancay es la reducción del tiempo de tránsito. Los envíos entre Perú e Indonesia, que actualmente se realizan a través de rutas que implican transbordos en otros puertos, verán su tiempo de viaje acortado significativamente. Esto no solo hace que los productos de ambos países lleguen más rápido a sus mercados, sino que también reduce los costos logísticos.

Al ser un puerto automatizado y con una capacidad de carga mucho mayor, Chancay facilitará el manejo de grandes volúmenes de mercancías, lo que podría convertir a Perú en un punto de distribución clave para los productos de Indonesia en Sudamérica. Esto es crucial para las exportaciones de Indonesia, ya que le permite ser más competitivo en la región.

En cuanto al tren bioceánico la participación de Indonesia en este proyecto no es directa en términos de financiación o construcción. Sin embargo, Indonesia podría aportar su experiencia en la gestión de proyectos de infraestructura de gran escala. Además, al ser una de las economías más grandes del sudeste asiático y un socio comercial clave en la APEC, su respaldo político y su interés en la cadena de suministro que crearía el tren podrían ser un factor decisivo. La conexión del tren bioceánico, en esencia, es una extensión de la cadena de suministro de Indonesia y otros países asiáticos hacia el vasto mercado de Sudamérica.

La relación entre Perú e Indonesia es altamente complementaria. Perú tiene los recursos naturales que la industria de manufactura de Indonesia necesita, e Indonesia tiene la capacidad de producir bienes manufacturados que Perú demanda. La estrategia clave es pasar de una relación de simples compradores y vendedores a una de socios que crean valor conjunto. El foro de la APEC es la plataforma ideal para que ambos países profundicen su relación. Deberían trabajar en la creación de acuerdos que faciliten la inversión directa y el intercambio de tecnología. Un acuerdo de libre comercio, o incluso un acuerdo más enfocado en sectores específicos, podría ser el siguiente paso lógico.

Una idea a futuro sería establecer un «Hub de Innovación» en Perú o Indonesia, donde empresas de ambos países colaboren en la investigación y desarrollo de productos. Por ejemplo, podrían desarrollar conjuntamente tecnologías para la acuicultura sostenible o para el procesamiento de alimentos, combinando la biodiversidad peruana con la experiencia tecnológica de Indonesia.

#JuandeDiosGuevara

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