Es bueno conocer cómo identificar las oportunidades y desafíos del Perú ante los mercados globales. Perú realmente es, esa vieja expresión ¡Vale un Perú!, nacida a lo largo de las leyendas que se contaban en el viejo continente por las riquezas que se iban, se siguen, y con seguridad se seguirán encontrando,- solo el 10% ha sido explorado-, que se utilizaba como sinónimo de una expresión de valor, de riqueza.
Perú sin embargo, tiene pobreza, atraso, centralismo, corrupción, violencia, narcotráfico, informalidad, falta de civismo, déficit de infraestructura, desesperación, dentro de otras tantas pesadillas.
Pero como es Perú, también tiene progreso, modernidad, cultura, riqueza, infraestructura en telecomunicaciones, estabilidad democrática en proceso de consolidación, institucionalidad en formación, crecimiento económico sostenido desde hace varios años en forma consecutiva, grado de inversión, posición geopolítica central en el Pacífico Sur, en vías de consolidarse, con la integración física bioceánica , mediante tres corredores, en el centro de Sudamérica con Brasil ; marco legal moderno y estable, que ha significado la llegada cada vez más creciente de empresas extranjeras; vastos recursos naturales y diversidad de climas, lo que le permite ser una economía sólida con un enorme potencial de crecimiento, por su diversificación económica ; una cada vez más creciente participación en el mercado global, con tratados de libre comercio y alianzas estratégicas, en los mercados más adecuados al desarrollo de su competitividad, que le permite en la actualidad, dado el crecimiento hacia afuera, altas reservas internacionales netas ; y sobre todo tiene una población con un espíritu indomable, que contra viento y marea, hace que el Perú, ahí esté, siempre vigente, como una gran posibilidad.
Las luchas por la democracia económica, la libre empresa, la inserción en la economía global, la creación y desarrollo de la economía de valor, ha significado reflexiones profundas en la dirigencia nacional, intentando construir una visión de futuro, que al tenerla, permitiría plantear, el diseño de la hoja de ruta a seguir, teniendo como referencia, el Bicentenario, fecha en que el Perú cumple 200 años de su independencia de España.
Las reflexiones no se han agotado, continúan, y temas como la educación es inversión, la nueva economía, la competitividad, la inserción global, la responsabilidad social, la conciencia ambiental, están en agenda. El problema no es fácil de resolver en un país en vías de desarrollo. Se ha avanzado, bastante, a como se llegó a estar,- luego de dictaduras, inclusive de izquierda, de guerra interna (más de 70,000 muertos y/o desaparecidos), de catástrofes naturales-, se ha crecido continuamente, pero no con la velocidad potencialmente posible, por la falta de consenso político, por no tener una visión al futuro compartida
“Para ello, hay que compartir una visión de futuro, adonde queremos ir, para que haya una motivación colectiva que rompa la inercia, el desánimo de la población, y que más bien esta se torne como una fuerza incontenible, de creación de riqueza, de querer ser, de querer hacer y de lograr poder serlo para el beneficio propio y de esta gran colectividad histórica llamada Perú”. Juan de Dios Guevara Campoy
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By Visión al Futuro