Lo importante en esta vida no es donde estamos, sino en qué dirección nos movemos. O.W.Holmes
La pandemia ha hecho retroceder 25 años el desarrollo del mundo, afirmó el secretario general de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, estimando en unos 45 millones de personas los que caerán de la clase media a la pobreza en Latinoamérica y el Caribe, la región más desigual del mundo. Todos los avances que se estaban haciendo en erradicación de la pobreza, erradicación del hambre y en muchos otros aspectos en todo el mundo, todo ese progreso, ha quedado en entredicho.
La jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, considera que la pandemia va a restar US$ 22 billones al Producto Bruto Interno (PBI) global entre 2020 y 2025. Esta “pérdida acumulada” es en relación a los niveles de PBI proyectados antes de la crisis económica provocada por el COVID-19. En su informe sobre “Perspectivas Económicas Mundiales”, estiman que en 2021 la economía global va a crecer un 5.5%, luego de una caída en el 2020 de 3.5% la mayor contracción de la economía mundial desde 1946
La Organización Mundial de Comercio (OMC) espera que el comercio mundial se reduzca solo un 9,2% en el 2020, con una probable recuperación de 7.2% en el 2021
En la Unión Europea (UE), el PBI cayó el año pasado un 6.4%, y la Zona Euro 6.8% La UE advierte que no habrá recuperación económica rápida por la pandemia, y la mayor recesión vista desde la creación de la moneda única, en 1999. No habrá antes del 2023 un retorno a los niveles previos al COVID-19.
En USA según lo afirma el economista estadounidense James Galbraith, la economía americana es un castillo de naipes que se derrumbó con la pandemia, y que no se verá una recuperación económica rápida porque los problemas de la economía estadounidense son estructurales. Igualmente el Nobel de Economía Joseph Stiglitz afirma que la era Trump ha sido un desastre económico, a tal extremo que el multimillonario Warren Buffett paga menos impuestos que su secretaria, lo que haya merecido que otro multimillonario Morris Pearl, haya creado el grupo “Patrióticos Millonarios”, para exigir que a los ricos se les cobre más impuestos. No es una voz aislada, ya que con la experiencia que la humanidad está viviendo, ya hay voces como la del conocido historiador Yuval Noah Harari: “Ser patriota es sostener un buen sistema sanitario, para lo cual hay que pagar impuestos”
La fortaleza americana de inversión en ciencia, en tecnología y en educación, la ha recortado continuamente, hasta gravando a las universidades. Además, en una economía moderna necesitas cooperación global y Trump se alejó de ella y ha ido en contra de los acuerdos internacionales. USA es una de las grandes paradojas de nuestros tiempos, el país más rico del mundo, tiene algunos de los peores índices de pobreza entre las naciones desarrolladas. Han pasado casi 60 años de que el presidente Lyndon B. Johnson (1964) declarara una «guerra incondicional contra la pobreza”, y apenas ha podido bajar su tasa de pobreza a alrededor de 12% desde el 19% de aquel entonces. Esto significa que cerca de 40 millones de estadounidenses viven debajo de la línea oficial de pobreza.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), estima que la región sufrirá en el 2020 una contracción de actividad económica de 7.7%, su mayor caída de Producto Interior Bruto (PIB) en más de un siglo. Este virus ha destruido mucho de lo que América Latina había logrado en años de reformas e inversión, porque ahora la pobreza se ha disparado, el desempleo ha aumentado, y la región tiene por delante el desafío de evitar otra “década perdida”.
Ha sido brutal el incremento del desempleo, y con la falta de trabajo, se agudizaron los niveles de pobreza. La Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicaron que se perderán 47 millones de empleos en la región, lo que llevaría la tasa de desocupación cerca del 11%, tres puntos porcentuales por encima del 2019. Unos 2.7 millones de empresas cerraron.
Unicef, el organismo de la ONU para la infancia, advirtió que en América Latina y el Caribe al menos 23.4 millones de niños necesitan asistencia humanitaria, más del triple que el año anterior. “Nunca antes se había visto a tantos niños y niñas afectados simultáneamente por múltiples emergencias en tantos países”, dijo Jean Gough, director regional de Unicef.
Según el Banco Mundial, entre los 650 millones de latinoamericanos, casi 29 millones podrían quedar en la extrema pobreza, un incremento desde el 3.9% del 2017 hasta el 4.4%. La propia organización financiera esperaba un descenso a 3.7% este año. Mujeres, jóvenes y trabajadores poco calificados fueron los más afectados.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consideran que Latinoamérica es la región más golpeada del mundo por la crisis de la pandemia por encontrarse en una situación de mayores desigualdades. Es evidente que la mayor parte del empleo se encuentra en los servicios, un sector típicamente más informal y con una mayor participación del autoempleo. La transformación tecnológica amplifica estas tendencias. En medio de la pandemia, la necesidad de adoptar plataformas digitales que reducen la interacción social está ampliando la brecha entre los que pueden teletrabajar y los que no. Por lo que en este contexto, resaltan la urgencia de construir un pacto social y un nuevo modelo productivo
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instó a las autoridades a tomar medidas para enfrentar el hambre en América Latina, que se agravó debido a la pandemia y los desastres naturales, bajo el riesgo de que se incremente la violencia, la migración y las protestas sociales en la región. Advierten que América Latina no alcanzará la paz mientras haya hambre. Las personas en inseguridad alimentaria severa se acercan a los 17 millones, no solo por el impacto de la COVID-19, “sino por las medidas de aislamiento social que han impedido que la gente” genere ingresos para sobrevivir.
Esta crisis económica, que no se encontraba en ningún manual, hubiera sido peor aún, casi el doble, sin el estímulo fiscal de los Gobiernos. El FMI cree que gracias a los ocho puntos de PIB gastados, los países de la región han evitado un desplome de entre el 14% y el 15%, hecho que hubiera resultado catastrófico. Según el organismo financiero, recién en el 2025 podría recuperarse el ingreso real per cápita que la región tenía antes de la pandemia
Somos conscientes de que este virus ha convertido el 2020 en un año perdido en las reformas pendientes, y ahora América Latina debe seguir el 2021, y enfrentar entre otros, diferentes retos, cómo poner la casa en orden, recuperando la estabilidad presupuestaria y volviendo a la senda del crecimiento económico, con la salvedad, de que la situación económica después de la segunda ola, es mucho más débil que cuando se inició la primera ola.
El problema es de todos, por lo que hay que intensificar la colaboración de los sectores público y privado. Se tiene que establecer estrategias internacionales, para atraer inversiones globales. El turismo que emplea servicios se le debe ir recuperando. Hay que reducir la informalidad. A las empresas se las debe rescatar con una, dos o más oportunidades, y aprovechar para modernizar las empresas de la región. Son muchos activos construidos, generadores de empleo, que no deben dejarse perder, para recuperar la dinámica del comercio exterior, y saber estar preparados ante nuevos shocks comerciales.
Se tienen que crear nuevas fuentes de trabajo en el entorno de los cambios sectoriales y de la evolución tecnológica que nos toca vivir. Se debe cerrar la brecha digital para combatir la pobreza en América Latina y el Caribe. El acceso a banda ancha de Internet no llega al 50% en la región, lo que se traduce en exclusión digital y menos oportunidades para muchos. La economía digital, la conectividad y las posibilidades que ofrece el trabajo remoto asomaron para amplios sectores sociales y económicos de América Latina y el Caribe como un resguardo frente a los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19. Pero no todos tienen esa posibilidad.
El pensador social y relator de la ONU sobre la extrema pobreza, Olivier de Schutter, dice que la pandemia ofrece al mundo la inesperada oportunidad de cambiar su modelo de desarrollo por uno que reduzca la huella ecológica, cree oportunidades de empleo para los menos capacitados y garantice una vida decente a las familias. Después de años de análisis, considera que las fuerzas del mercado y su influencia en las decisiones políticas han hecho más profundas las desigualdades.
El informe de Oxfam (confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que realizan labores humanitarias en 90 países), considera que la población mundial más pobre tardaría una década en recuperarse, mientras que los mil más ricos lo hicieron en 9 meses. En su informe, muestran cómo el actual sistema económico permite a la élite de súper ricos amasar fortunas en medio de la peor recesión acontecida desde la Gran Depresión mientras que miles de millones de ciudadanos tienen problemas para cubrir necesidades básicas.
Hagamos entonces, que se cumplan los deseos del recientemente elegido presidente del BID Mauricio Claver-Carone, de convertir Latinoamérica, en la zona más atractiva del mundo para la inversión. El nuevo presidente, abogado estadounidense, fue elegido con el respaldo de Donald Trump, en octubre pasado, y se convirtió en el primer presidente estadounidense del BID
Y para ello suceda, hay qué hacer realidad la integración regional. Crecer en los intercambios dentro de América Latina, con un mercado potencial de 650 millones de habitantes, supone un seguro ante eventuales crisis externas de oferta o demanda. Construir las infraestructuras que nos son necesarias Se tienen que fortalecer las instituciones. Instituciones que funcionen, honestamente, con reglas que rijan los derechos de propiedad y fomenten la competencia empresarial. Enseñar a cumplir las reglas que la misma sociedad, establece, entendiendo que estas sean justas predecibles y se aplican a todos.
Esperemos pues, las propuestas de nuestros candidatos, sobre qué hacer con la pandemia, la cual con la llegada y futuras llegadas de las vacunas, pareciera se va encaminando, y qué hacer a su vez con la pospandemia, para saber como recuperarnos retomando la senda del crecimiento. Ojalá sepamos elegir bien, y podamos sumarnos todos juntos al propósito que elija democráticamente nuestra sociedad
Cuando una cosa está hecha, ya está hecha. No vuelva atrás su mirada. Mire adelante hacia su próximo objetivo. General George Marshall
#JuandeDiosGuevara
2 comentarios en “Y ahora, ¿Qué hacemos?”
Excelente trabajo. Es necesario conocer a los candidatos, sus propuestas con planes de acción hacia las metas reales. A sus equipos de trabajo y a sus congresistas que lo acompañarían en un eventual gobierno.
Es un trabajo tedioso por cierto el conocer al candidato, su equipo y la historia de su partido. Tenemos muchos ejemplos, el actual UPP, Victoria Nacional, etc. Que son cascarones que acogen gente de dudosa reputación por decir lo menos.
Excelente trabajo. Es necesario conocer a los candidatos, sus propuestas con planes de acción hacia las metas reales. A sus equipos de trabajo y a sus congresistas que lo acompañarían en un eventual gobierno.
Es un trabajo tedioso por cierto el conocer al candidato, su equipo y la historia de su partido. Tenemos muchos ejemplos, el actual UPP, Victoria Nacional, etc. , que son cascarones que acogen gente de dudosa reputación por decir lo menos de nuestra pseudo clase política.