“Los agricultores cultivamos esperanza y cosechamos futuro”
Empezó a aplicarse la nueva remuneración diaria de S/64.22 para los trabajadores de la agroindustria, bajo la nueva ley. La ley agraria impacta en más de 500 mil trabajadores. Sin embargo, se estima que el salario promedio formal no volverá a subir en cuatro años, según la consultora Macroconsult, debido a que esta alza, representa un aumento similar que equivale al obtenido en tres años
A pesar de todo, el sector crecerá este y el próximo año por las inversiones pasadas, pero el nuevo marco detendrá el crecimiento y obligará a cambios en la inversión. La agricultura sigue avanzando con las tecnologías actuales, por lo que la agricultura de hoy será diferente que la agricultura del futuro. Se ha pronosticado que la granja del futuro, la granja digital, aumentará la productividad de los cultivos producidos y reducirá los efectos adversos en los cultivos
¿Cómo reaccionarán las inversiones a futuro, con la nueva ley del agro, cómo se desarrollarán los diferentes niveles de agricultura que tenemos en el Perú, en distintos pisos ecológicos, diferentes cultivos, en nuestra amplia biodiversidad, extenso territorio, en dónde se dedican más de 4 millones de peruanos, aportando un 5.4% del PB’I?.
¿Cómo reaccionará el capital, ante los beneficios que ofrecen leyes de promoción del agro en otros países de la región?. Hay que entender que el capital busca rentabilidad y va en dónde se encuentre, dónde existan condiciones estables, factibles de proyectar a futuro, en un ambiente, en que predomine, la confianza
Cuando vemos más allá del momento coyuntural, y miramos hacia futuro, apreciamos con mayor fuerza la necesidad de adoptar medidas estratégicas para prever, adelantándonos al futuro, y así poder minimizar lo que entendemos nos puede resultar negativo, y a su vez optimizar un plan estratégico de desarrollo para aprovechar de la mejor manera el futuro que se nos viene.
Hoy somos unas 7 mil 700 millones de bocas por alimentar en el mundo, de las cuales 2 mil millones tienen problemas de sobrepeso, y 800 millones de seres humanos se van a dormir sin alimentos, en un sistema de consumo que no es el debido, porque para algunos está bien, encima les sobra para parte de ellos, y para otros no les alcanza.
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia 2030 (ONU) consiste en asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente. En el 2050, -faltan sólo 29 años-, se tendrá que alimentar a unas 10 mil millones de bocas, por lo que la demanda de productos agrícolas se incrementará en un 60 a 70%. Para satisfacer esa gran demanda, se necesitará producir más alimentos con menos recursos, considerando que también necesitamos tierra dónde vivir
Por lo que debemos preguntarnos cómo garantizar la seguridad alimentaria hacia los 2030 y 2050 en nuestros países, así cómo organizarnos en lo político, institucional, social, económico y ambiental entre otros factores, para garantizar la seguridad alimentaria ahora, y en una visión a mediano y largo plazo. Qué debemos hacer para superar presiones y obstáculos, que aseguren un crecimiento sostenido por un incremento continuo de competitividad.
Sería bueno escuchar a los candidatos con sus planes de gobierno al respecto
Tener presente, la correlación que existe de la tierra con el número de desastres climáticos, los cuales se han ido agravando al paso del tiempo, según los expertos, y han ocasionado la migración de los jóvenes, del campo a la ciudad, con todos los problemas de inserción que estos desplazamientos masivos, generan
En nuestros países de la región, los sistemas agrícolas y alimentarios han tenido un bajo desempeño, con respecto a lo que son posibles de hacer. Existe desigualdad en la productividad, porque muchos agricultores siguen dependiendo de métodos de producción centenarios anticuados, ineficientes y perjudiciales para las personas y el medio ambiente. Se ha estado en la zaga del desarrollo tecnológico mundial
En el Perú, se dio una dinámica de crecimiento, por algunos agroexportadores, incentivados por la ley de promoción agraria, y se adaptaron a métodos nuevos, más eficientes y ambientalmente más amigables para producir, procesar, distribuir, consumir y reciclar los alimentos, lo que ha facilitado el desarrollo económico, permitido la urbanización, generado ingresos de exportación considerables, y contribuido a una reducción del hambre y la pobreza, en especial a pequeños productores Y en el actual contexto de pandemia, están jugando un papel clave al asegurar un suministro muy oportuno de alimentos, estabilizando sus precios en los mercados mundiales. Ahora, con la nueva ley, ¿Qué pasará?
Impulsar el crecimiento de la producción agrícola sin que dañe al medio ambiente, adoptando tecnologías verdes, es necesario. El problema resulta que no se conoce, cuáles serán los efectos en las modificaciones a la ley de promoción agraria, en cuanto a su dinámica de inversiones y adopción de las tecnologías que hoy se están implementando en la agricultura moderna, con modelos superiores que mejoran la productividad, disminuyendo la pérdida y el desperdicio de alimentos, asegurando la sostenibilidad de los recursos naturales de los cuales depende la agricultura.
Este creciente mercado global, con agricultura de precisión, la reutilización del agua, la bioenergía y el biofertilizante o la agricultura inteligente ofrecen numerosas oportunidades, lo que permitirá un uso intensivo y eficiente de los recursos, alta productividad y baja huella ambiental, y aumento de la resiliencia climática, con lo que se pretenderá mitigar riesgos. Todo ello, significará, inversiones cada vez mayores y una combinación de acciones, que van desde prácticas agrícolas y ganaderas intensivas hasta el pago por servicios de los ecosistemas, la digitalización climáticamente inteligente y la adopción de tecnología. Un enfoque que ofrece un gran potencial para integrar muchos de estos ángulos es la economía circular, para aprovechar una mejor gestión del suelo, el consumo de energía y agua, la gestión de residuos y la prevención de la contaminación.
Se deberán replantear los sistemas, las políticas y las instituciones durante la transición posterior a la covid-19 para asegurar un panorama alimentario más limpio, verde e inclusivo y alimentos de calidad, seguros y más nutritivos. Los puestos de trabajo, que serán más calificados y más racionalizados, y la transformación económica deben ser el centro de esta estrategia orientada hacia el futuro, una que se base en infraestructura resiliente y un capital humano fortalecido.
El futuro de la agricultura en un mundo pospandemia, con la ciencia e innovación podrá mejorar la calidad de alimentos y también la cantidad. Drones que sobrevuelen hectáreas de cultivos, y envíen data a un satélite y al móvil, para que los agricultores analicen toda esta información, como un impulso de la tecnología digital de manera colaborativa para optimizar el uso de insumos, como fertilizantes y otros productos sanitarios, se verá. Pero también para reducir el consumo del agua, para mejorar la vida de los suelos, es el futuro que se nos viene. Hoy un productor puede tomar fotografías a la hoja de una planta, analizar la imagen, que le mostrará qué tipo de hierba es. A futuro, la detección de malezas será más rápida y confiable en todas partes del mundo. Todo este cambio se debe iniciar con buenas prácticas agrícolas para generar mejores cadenas de valor.
Esas buenas prácticas, parten de la persona humana, a la que hay que crearle conciencia al productor, el actor principal, que la cadena de valor va para la conquista de los mejores mercados, y eso significa obtener certificaciones internacionales, exigentes en su obtención, por la mayor conciencia de que el cambio climático, está calentando el planeta, y por el mayor ejercicio de control, de los derechos humanos
Ello significará mayor uso de lo digital, con productores trabajando una agricultura rentable y sostenible, mediante aplicaciones y prácticas agrícolas, que hace en su cultivo, desde su celular. Los desarrollos tecnológicos son notables, hoy en día, un tractor con sensores, puede detectar mala yerba y extraerla, sin tener que arruinar todo el campo Existen soluciones con Inteligencia Artificial que ayudan a identificar, clasificar y contar el peso del fruto a cosechar, por cada calibre, en cada zona de cultivo, empleando sensores visuales, lo que le permite mejorar la negociación con los clientes, optimizando la rentabilidad de la empresa. Plataformas que conectan a los agricultores directamente con restaurantes, entre otras.
Existen plataformas que permiten recoger información por medio del internet de las cosas (IoT), los índices del medio ambiente, de los ciclos climáticos y con esto poder tomar decisiones para entender lo que ocurre alrededor. Esta información se complementa con sistemas automáticos de riego y fumigación La agricultura de hoy ya se apoya en Internet de las cosas, Inteligencia Artificial, Nube, Drones y robots, edición de genes, y en microbiología, haciendo uso del big data para realizar más investigación y desarrollo de la biodiversidad.
Las nuevas tecnologías en la actualidad comprenden básicamente el estudio y aplicación de las tecnologías digitales y los sistemas de telecomunicación; es decir, ordenadores multimedia y periféricos como el escáner, las impresoras, cámaras digitales, etc., y las redes de ordenadores, cuyo máximo exponente es la red
La robótica y la inteligencia artificial, también forman parte del empleo de estas tecnologías aplicadas a la agricultura, que cada vez más se van sumando a esta ola de transformación digital y generando un impacto positivo en sociedades, economías y mercados globales, por la mayor productividad de los cultivos. Disminución de vertidos químicos en ríos y aguas subterráneas. Mayor seguridad de los trabajadores. Disminución del uso de agua, fertilizantes y pesticidas, lo que a su vez reduce los precios de los alimentos.
Todo esto implica mayores inversiones en investigación, desarrollo e innovación. Las tecnologías emergentes sirven para optimizar variables que van desde predicción del clima hasta el uso de la tierra. Conectividad y costos, los dos grandes retos. A superar, la falta de conectividad a la red en zonas rurales y lo costoso que puede llegar a ser la tecnología más sofisticada. Este segmento es el que define una agricultura basada en información y tecnología para optimizar la productividad, rentabilidad, sostenibilidad y protección de los recursos
Entrenar a nuestros productores y certificarlos, conectarlos con la cadena de valor será el camino a seguir. Capacitación constante, para lograr la competitividad necesaria para la conquista de los mercados exteriores y atender ese gran incremento de la demanda, será una tarea a atender con prioridad. La producción de comida no solo es sobre tecnología, es también un asunto natural, social y químico. Tenemos que reducir los desechos alimentarios y concientizar sobre la tecnología moderna
Debemos considerar las tendencias que predominarán en la agricultura, cómo la agricultura inteligente que es la que usa la predicción analítica a partir de la recolección de datos que permitan tomar decisiones. Con un histórico de datos se podrían calcular comportamientos futuros del clima. La inteligencia artificial habilita muchas opciones para implementar en el campo, lo que incluye avanzados drones autónomos capaces de hacer maniobras en el monitoreo, los sistemas de riego, de fumigación y en la aplicación de químicos. Tecnologías que actualmente impulsan una cuarta revolución agrícola definida por la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, el big data y los drones.
El internet de las cosas, por medio de sensores, facilita varios procesos. Entre otros, la gestión de información y la conexión de funciones automáticas en medio de los cultivos. Un chip en una planta podría recolectar todo tipo de información y transmitirla en tiempo real a un supermercado. Un canal de riego podría informar cuando los invernaderos no se han regado correctamente y actuar de inmediato. Con la biotecnología, avanzan los desarrollos de la edición genética de los cultivos. Nuevos espacios facilitan el planteamiento de ‘fórmulas’ para usar menor cantidad de agua, nutrición y energía posible en los cultivos. Invernaderos autónomos, cultivos verticales en las ciudades y agricultura acuática son algunas de las rutas que se están explorando.
La agricultura digital, el block chain para el suministro de alimentos, el mapeo de microbiomas para determinar si la comida es segura para consumir, la inteligencia artificial para detectar contaminantes de los alimentos, y transformando el reciclaje, serán tendencias a seguir
Y ante todo este escenario tan promisorio, pero tan retador, por la competitividad que exige esta economía del conocimiento, para atender este mercado global, en dónde hay una demanda proyectada de crecimiento, y en dónde nosotros tenemos la capacidad de atenderla en parte, por microclimas y ecosistemas, propios de nuestra gran biodiversidad, sólo nos queda esperar que los responsables, sean capaces de dar las políticas adecuadas, y que los diversos actores pongan lo mejor de sí, y así poder lograr que el agro sea un verdadero motor de nuestro desarrollo
“Si el campo no produce, la ciudad no come”
#JuandeDiosGuevara
4 comentarios en “El agro que se viene”
Excelente visión de futuro cercano y mediano plazo para el agro nacional y global. Muy buen final, » si el campo no produce, la ciudad no come «
Excelente trabajo! La agricultura del Peru puede ser un factor muy importante en este escenario.
Para cubrir la necesidad de alimentos en el mundo en menos de 30 años se necesita mas que duplicar la produccion no solo en cantidad sino en calidad, creo no existe otro camino que innovar a travez de una agricultura de precision, las plantas requieren precision en todas las aplicaciones para que responda en mayor cantidad y en mayor calidad.
Es cierto que en Peru se estan realizando estas innovaciones siendo las empresas agroexportadoras las que invierten con excelentes resultados que no tienen nada que envidiar al primer mundo, sabemos que requieren tambien fuertes inversiones.
Para la pequeña y mediana agricultura se requiere el apoyo del gobierno peruano.
Gran ensayo, pudiera servir de marco a cualquier Plan de Gobierno serio.