¡León XIV: Bendícenos!

¡Qué viva Chiclayo! Que viva el departamento de Lambayeque con su capital Chiclayo, Monsefú y Reque. Qué rica que está la chicha de Doña Juana, la causa ferreñafana rica y sabrosa. ¡CHICLAYAN@ SOY! A mucha honra señores. ¡CHICLAYAN@ SOY!, yo bailo mi marinera. Y no de cualquier manera…

¡Qué bendición! Gracias Señor por hacernos sentir tan orgullosos de ser peruanos. Papa León XIV, tú que conoces nuestra realidad, nuestras grandes brechas económicas, sociales, territoriales, sé un buen intermediario con el Señor, para que nuestras autoridades sean inspiradas, para un desarrollo sostenido del Perú y pronto se eliminen tantas brechas y diferencias entre los peruanos, para que todos juntos logremos calidad de vida, en nuestro relativo corto espacio que tenemos de vida, dentro de todo lo grande en el tiempo que es la historia de la humanidad

Volviendo a lo terrenal, vemos el contexto geopolítico y el ascenso de los BRICS, que es una asociación, grupo y foro político y económico internacional de países emergentes, que se ha constituido en un espacio internacional alternativo al G7, integrado por países desarrollados. Actualmente son diez Estados miembros y once Miembros asociados, entre ellos Bolivia, Colombia está solicitando su ingreso como tal y Chile está evaluando su ingreso.

Con varios de los Estados miembros y Miembros asociados, tenemos Tratados de Libre Comercio, y alianzas estratégicas, como es, con Brasil y China. Los BRICS  representan el 37% del PIB mundial y el 46% de la población mundial

El panorama internacional está marcado por una transición  hacia un orden multipolar, donde los BRICS buscan aumentar su influencia frente a las potencias tradicionales, especialmente Estados Unidos. Este bloque promueve un sistema global más equilibrado, dando voz a economías emergentes. Para Perú, ubicado entre Brasil y China, esta dinámica es relevante debido a sus lazos económicos con ambos países y su posición como puente comercial entre América Latina y Asia-Pacífico.

Pero han sucedido dos eventos esta semana que reconfiguran el análisis, la advertencia de EE.UU. a Perú, y las visitas de líderes latinoamericanos a China.

En estos últimos días, el Secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, alertó a Perú sobre la influencia china en América Latina, describiéndola como una amenaza a la seguridad regional. Durante una reunión en el Pentágono, Hegseth criticó las inversiones chinas, especialmente el Megapuerto de Chancay, por sus posibles implicaciones estratégicas y de ciberseguridad. Instó a Perú a alinearse con EE.UU. para contrarrestar a China, reforzando la política de «Estados Unidos primero» en las Américas.

Los presidentes de Brasil (Lula da Silva), Colombia (Gustavo Petro) y Chile (Gabriel Boric) visitan China para fortalecer lazos comerciales en medio de una guerra arancelaria con EE.UU. Estas visitas, en el contexto del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, es un organismo intergubernamental regional creado en 2010, que reúne a los 33 países de América Latina y el Caribe (excluyendo a Estados Unidos y Canadá). Su objetivo principal es promover la integración regional, la cooperación y el desarrollo en la región), reflejan un interés en diversificar mercados, atraer inversiones chinas y proyectar una política exterior independiente, aprovechando la influencia económica de China.

La advertencia de EE.UU. refleja su preocupación por la creciente presencia china en América Latina, vista como un desafío a su histórica hegemonía en la región. El Megapuerto de Chancay, un proyecto chino que posicionará a Perú como un centro logístico clave, es un punto focal de estas tensiones. EE.UU. teme que la influencia económica de China se traduzca en ventajas estratégicas, como el control de infraestructura crítica o la expansión de su influencia política.

Para Perú, esta advertencia plantea un dilema. China es su principal socio comercial, especialmente en el sector minero, mientras que EE.UU. es un aliado clave en seguridad y comercio. Alinearse con EE.UU. podría limitar los beneficios económicos de la relación con China, pero ignorar las preocupaciones estadounidenses podría tensar las relaciones bilaterales y afectar la cooperación en temas como el narcotráfico o la ciberseguridad.

Las visitas de Lula, Petro y Boric a China subrayan una tendencia regional hacia la diversificación de socios comerciales y la búsqueda de autonomía frente a EE.UU. Cada líder persigue objetivos específicos.

Brasil: Lula busca expandir el comercio más allá de la agricultura, atraer inversiones en industrialización y energías renovables, y promover el multilateralismo.

Colombia: Petro apunta a diversificar mercados frente a los aranceles de EE.UU., lograr su adhesión a la Ruta de la Seda, y fomentar una «industrialización descarbonizada».

Chile: Boric busca fortalecer la cooperación en tecnología, minería y energías renovables, consolidando a China como un socio clave. En algo más de un mes, ha realizado giras a la India, Brasil y ahora viaja a China por segunda vez, y Japón, para fortalecer alianzas en medio de la guerra arancelaria. La competencia sí existe

Estas visitas reflejan un pragmatismo económico y un   reconocimiento del peso global de China. Además, sugieren una posible alineación con la visión de los BRICS de un orden multipolar, especialmente si países como Chile asisten a futuras cumbres del bloque.

Perú enfrenta un acto de equilibrio complejo. Su economía depende significativamente de China, pero también de EE.UU. El Megapuerto de Chancay, aunque fortalece los lazos con China, genera preocupaciones en EE.UU. sobre la seguridad regional. Además, la participación de Perú en la Alianza del Pacífico y el Foro China-CELAC le ofrece plataformas multilaterales para navegar estas tensiones sin alinearse exclusivamente con ninguna potencia.

Perú debe adoptar una política exterior ágil, maximizando los beneficios económicos de su relación con China (que absorbe cerca del 30% de sus exportaciones), mientras aborda las preocupaciones de seguridad de EE.UU. Su papel como puente entre regiones y su membresía en foros multilaterales son herramientas clave para mantener este equilibrio.

El ascenso de los BRICS refleja una reconfiguración del poder global, donde las economías emergentes desafían la hegemonía occidental. Sin embargo, el bloque enfrenta desafíos internos, como intereses divergentes entre sus miembros (por ejemplo, las tensiones entre China e India). Para Perú, la relevancia de los BRICS radica en su capacidad para ofrecer alternativas a la dependencia de EE.UU., pero también en el riesgo de quedar atrapado en rivalidades geopolíticas.

La advertencia de EE.UU. a Perú no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia para contrarrestar a China en América Latina. Proyectos como el Megapuerto de Chancay, aunque económicamente beneficiosos, se convierten en símbolos de esta competencia. La retórica estadounidense sobre «amenazas» chinas puede exagerar los riesgos para justificar una mayor intervención en la región, lo que podría limitar la soberanía de Perú en sus decisiones comerciales.

Las visitas de líderes latinoamericanos a China reflejan una estrategia pragmática para aprovechar el crecimiento económico chino y diversificar socios en un contexto de incertidumbre comercial. Sin embargo, esta aproximación no está exenta de riesgos. Una dependencia excesiva de China podría exponer a estos países a vulnerabilidades económicas, como la volatilidad de los precios de las materias primas, que dominan las exportaciones regionales.

Para Perú, las acciones de Brasil, Colombia y Chile son un recordatorio de la competencia regional por la inversión china. Aunque Perú tiene ventajas, como el Megapuerto de Chancay, debe innovar en su oferta comercial (por ejemplo, promoviendo exportaciones de mayor valor agregado) para no quedar rezagado.

Algunas ideas y perspectivas futuras:

Fortalecer la Diplomacia Multilateral: Perú debería aprovechar su membresía en la Alianza del Pacífico y el Foro China-CELAC para promover una agenda de cooperación regional que equilibre los intereses de EE.UU. y China. Por ejemplo, podría liderar iniciativas en la CELAC para negociar acuerdos comerciales colectivos con China, reduciendo la presión individual sobre cada país.

Diversificación Económica: Para reducir su dependencia de las exportaciones mineras a China, Perú debería invertir en sectores como la agroindustria, la tecnología y el turismo. Esto no solo fortalecería su economía interna, sino que también lo haría más atractivo para socios diversos, incluidos los países BRICS.

Gestión Estratégica del Megapuerto de Chancay: Perú debe garantizar que el megapuerto beneficie a toda la región, no solo a China. Esto podría incluir acuerdos con países vecinos (como Chile y Bolivia) para integrarlo en cadenas logísticas regionales, mitigando las preocupaciones de EE.UU. sobre el control chino.

Cooperación en Seguridad con EE.UU.: Para mantener una relación equilibrada, Perú podría profundizar la cooperación con EE.UU. en áreas como la ciberseguridad y el combate al narcotráfico, sin comprometer sus lazos económicos con China. Esto demostraría un compromiso con la seguridad regional sin alienar a Pekín.

Alineación con los BRICS sin Confrontación: Aunque Perú no es miembro de los BRICS, podría explorar una mayor colaboración con el bloque, especialmente en áreas como la transición energética y la tecnología. Asistir como observador a cumbres de los BRICS, como sugirió Boric para Chile, podría ser un primer paso.

El rol de los BRICS en el escenario global ofrece a Perú tanto oportunidades como desafíos. La advertencia de EE.UU. y las visitas de líderes latinoamericanos a China destacan la creciente competencia entre grandes potencias y la necesidad de una política exterior sofisticada.

Perú debe navegar este panorama con pragmatismo, aprovechando su posición estratégica y sus afiliaciones multilaterales para maximizar beneficios económicos y mantener su soberanía.

El Megapuerto de Chancay, la diversificación económica y una diplomacia equilibrada serán clave para que Perú prospere en un orden mundial cada vez más multipolar, pero ahora con la ventaja de tener un Papa peruano, León XIV, al que le pedimos nos bendiga

#JuandeDiosGuevara

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