Cuidado. La competencia existe

Perú se encuentra ante una oportunidad histórica para transformarse en un centro logístico clave y un puente estratégico entre Asia y el Atlántico. La visión del Tren Bioceánico, impulsada por los intereses convergentes de Brasil y China y anclada en el potencial del puerto de Chancay, ofrece un camino hacia el desarrollo económico y la mayor integración regional.

Sin embargo, para materializar estos beneficios y mitigar los riesgos geopolíticos inherentes, se requiere una navegación estratégica crucial. Una diplomacia fina, la diversificación de socios, el refuerzo institucional y la protección de la soberanía serán fundamentales en un mundo cada vez más complejo.

Perú puede y debe aspirar a liderar la creación del «Corredor Bioceánico», consolidando su posición como actor clave en el escenario geopolítico sudamericano y propulsando un futuro de crecimiento y prosperidad para la región. En el tablero estratégico de Sudamérica, Perú emerge como una pieza clave, un territorio bisagra que conecta los intereses de dos gigantes del BRICS: Brasil y China.

La visión de un Tren Bioceánico, que busca unir las costas del Atlántico y el Pacífico, encuentra en el puerto de Chancay, la futura puerta de entrada a Shanghái, un nodo logístico de importancia trascendental. Esta convergencia de ambiciones abre para Perú un abanico de oportunidades económicas sin precedentes, al tiempo que lo sitúa en una delicada posición geopolítica, navegando las tensiones entre la creciente influencia china en la región y la tradicional hegemonía estadounidense.

La iniciativa del Tren Bioceánico y la expansión del puerto de Chancay no son proyectos aislados; representan la confluencia de intereses estratégicos de múltiples actores. Integrar el proyecto del tren bioceánico y el puerto de Chancay en una estrategia de desarrollo nacional integral es crucial. Estos proyectos no deben ser vistos como iniciativas aisladas, sino como elementos clave para impulsar el crecimiento económico sostenible, la inclusión social y la competitividad a largo plazo. Brasil, como potencia agrícola y exportadora de minerales, anhela una ruta más directa y económica hacia los mercados de Asia, reduciendo la dependencia de las largas y costosas travesías a través del Canal de Panamá o el Estrecho de Magallanes.

China, por su parte, busca diversificar sus fuentes de suministro de materias primas y optimizar las cadenas logísticas para sus crecientes intercambios comerciales con América del Sur. En este contexto, el puerto de Chancay se erige como un eslabón crucial, ofreciendo una infraestructura moderna y eficiente para facilitar el flujo bidireccional de mercancías entre ambos océanos. La reciente visita de ingenieros ferroviarios chinos a Brasil para estudiar la viabilidad de un corredor bioceánico ferroviario hasta Chancay subraya el compromiso de Pekín con esta visión de conectividad transcontinental.

La reducción estimada de hasta diez días en el tiempo de tránsito marítimo desde la costa atlántica brasileña hacia Asia, gracias a esta conexión, evidencia los significativos  beneficios logísticos que se esperan. Sin embargo, la creciente presencia e influencia de China en América Latina no pasa desapercibida en Washington. Estados Unidos, históricamente la potencia hegemónica en la región, observa con inquietud el avance de la «Nueva Ruta de la Seda» china y su potencial impacto en el equilibrio de poder regional.

A pesar de los desafíos geopolíticos, la participación en el proyecto del Tren Bioceánico y el desarrollo del puerto de Chancay ofrecen a Perú una serie de beneficios estratégicos de gran magnitud.

La transformación de Chancay en un hub logístico de primer orden tiene el potencial de redefinir el mapa comercial de Sudamérica. Al convertirse en un punto de tránsito obligado para las mercancías que fluyen entre Asia y el Atlántico, Perú podría consolidarse como un centro vital para el comercio internacional, atrayendo inversiones significativas en infraestructura, servicios logísticos y actividades de valor agregado. Se espera una afluencia considerable de inversión extranjera directa, no solo en la infraestructura portuaria y ferroviaria, sino también en sectores conexos como transporte terrestre, almacenamiento, procesamiento y distribución de mercancías.

La reducción de costos y tiempos de envío no solo beneficiará a las exportaciones peruanas, haciéndolas más competitivas en los mercados asiáticos, sino que también impulsará la economía nacional a través de la creación de empleo y el desarrollo de industrias relacionadas. La magnitud del proyecto bioceánico y la construcción y operación del puerto de Chancay generarán un impacto económico integral en Perú.

Esta inversión se traducirá en la creación de miles de puestos de trabajo directos e indirectos, impulsando el crecimiento económico y mejorando la calidad de vida de la población. Además, el desarrollo de estas infraestructuras estimulará la actividad económica en regiones que actualmente se encuentran relativamente desconectadas de los grandes centros de comercio.

La mejora de la conectividad logística facilitará el acceso de los productos peruanos a los vastos mercados asiáticos, abriendo nuevas oportunidades para la diversificación de las exportaciones y el aumento de los volúmenes comerciales. Sectores como la agroindustria, la minería y la manufactura se verán especialmente beneficiados al poder transportar sus productos de manera más eficiente y a menor costo.

Asimismo, el aumento del flujo de mercancías desde Brasil y otros países de la región a través de Perú fortalecerá la posición del país como socio comercial estratégico y aumentará su competitividad a nivel global.

Una dependencia económica excesiva de China podría exponer a Perú a las fluctuaciones de la economía china y a las decisiones políticas externas. Si bien la inversión china puede ser crucial para el desarrollo de la infraestructura, es fundamental que Perú diversifique sus socios comerciales y fuentes de inversión para evitar una vulnerabilidad excesiva ante posibles cambios en la política o la economía china.

En un escenario de creciente competencia estratégica entre China y Estados Unidos, Perú podría verse presionado a tomar partido, lo que podría desestabilizar su economía y complicar sus relaciones internacionales.

La «Nueva Ruta de la Seda» china y los esfuerzos de contención de Estados Unidos representan dos visiones contrapuestas del orden global, y Perú deberá navegar con habilidad para evitar quedar atrapado en medio de una potencial «guerra fría económica».

La participación china en infraestructura crítica, como puertos y ferrocarriles, podría generar preocupaciones en materia de seguridad y espionaje, afectando la cooperación con Estados Unidos en áreas sensibles. Es crucial que Perú establezca marcos regulatorios transparentes y mecanismos de supervisión robustos para garantizar que la participación extranjera en proyectos estratégicos se realice en beneficio del país y respetando su soberanía.

Para maximizar los beneficios y mitigar los riesgos geopolíticos, Perú debe adoptar una serie de estrategias proactivas y bien definidas. Perú debería aspirar a mantener un equilibrio en sus relaciones con todas las potencias, adoptando una postura de neutralidad activa y diplomacia pragmática, similar a la estrategia de países como Vietnam o Indonesia. Esto implica fomentar la cooperación económica con China sin comprometer sus relaciones políticas y de seguridad con Estados Unidos y otros socios estratégicos.

Es fundamental que Perú invite a capitales de diversos orígenes, incluyendo Europa, Japón, Corea del Sur y otros, además de China, para evitar una dependencia excesiva de un solo país. La diversificación de socios no solo reduce la vulnerabilidad económica, sino que también fortalece la posición negociadora de Perú.

Mejorar la regulación y la transparencia en la gestión de megaproyectos es crucial para asegurar que beneficien a Perú y no solo a inversores extranjeros. Esto incluye la implementación de procesos de licitación competitivos, la rendición de cuentas y la supervisión efectiva de los proyectos.

Mantener tratados comerciales y cooperación en diversas áreas con Estados Unidos es fundamental para mitigar el riesgo de posibles represalias o la pérdida de beneficios comerciales. Un diálogo constante y una relación sólida con Washington son esenciales para navegar las complejidades geopolíticas.

Perú tiene la oportunidad de proponer y liderar la creación del «Corredor Bioceánico», involucrando a Brasil, Bolivia y otros países sudamericanos. Esta iniciativa fortalecería la posición de Perú como centro logístico y de integración regional, generando beneficios compartidos y aumentando su poder de negociación a nivel internacional. La urgencia expresada por empresarios bolivianos para materializar el proyecto del tren bioceánico y facilitar el acceso al puerto de Chancay subraya el potencial de esta visión integradora.

Liderar la creación del «Corredor Bioceánico» reportaría beneficios significativos para Perú. Perú se consolidaría como el nodo central del comercio transcontinental en Sudamérica, atrayendo flujos comerciales y generando valor agregado en su territorio. La visión de un corredor regional más amplio atraería inversión en diversos sectores más allá de la infraestructura portuaria, impulsando un crecimiento económico más diversificado y resiliente.

Al involucrar a múltiples países en el proyecto, Perú reduciría su dependencia de una sola potencia y aumentaría su poder de negociación en el escenario internacional. La integración de diversas regiones del Perú al comercio global a través del corredor bioceánico generaría oportunidades de desarrollo económico más inclusivas y equitativas.

Hay que pensar bidireccionalmente, no sólo es darle pase a Brasil al Pacífico, sino en el pase de Perú al Atlántico, para atender a los países ubicados en el Atlántico, sean estos países de América Central y del Norte, así como Europa y el África, y por supuesto, al enorme mercado brasilero

Hace pocos días estuvo por acá Rubén Blades, y cantó en un Estadio Nacional lleno, con el público coreando, su conocida canción: “Decisiones”… “Decisiones, cada día. Alguien pierde, alguien gana”. Y eso es, decisiones, las que debemos tomar. Chile sigue firme en su Corredor Bioceánico Sur. La competencia existe

#JuandeDiosGuevara

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