Programa Perú Emprendedor 2.0

El Perú enfrenta un doble desafío: una pobreza persistente que afecta a dos de cada tres ciudadanos, según el INEI, y una crisis política que obstaculiza una gobernanza efectiva. Adicionalmente en los últimos tiempos, las empresas han tenido que lidiar con un aluvión de tormentas geopolíticas y económicas que parecían surgir de la nada: Una pandemia mundial y confinamientos continuos. Cadenas de suministro globales turbulentas. Desastres climáticos cada vez más comunes. Ciclos implacables de disrupción tecnológica

A pesar de estos retos, el espíritu emprendedor de los peruanos —con un 40% de la población económicamente activa involucrada en emprendimientos, según el Global Entrepreneurship Monitor— ofrece una base sólida para un cambio. Para canalizar este potencial y alinearlo con las tendencias tecnológicas globales, el Perú debe implementar políticas que impulsen una revolución cultural en su ecosistema empresarial.

Este artículo propone un marco estratégico, basado en el Programa Perú Emprendedor, que propusiera en mi artículo Revolución Cultural Empresarial del 24-5-24, que viene a ser la saga de una propuesta de larga data, en una serie de artículos, la cual empezó con mi artículo “La V Espada: Revolución Cultural Empresarial”, publicado por el boletín de la Cámara de Comercio de Lima, cuando era miembro de su  directorio a mediados de la última década del milenio pasado

Había sido derrotado Abimael Guzmán, que se autodenominaba la IV Espada, luego según él, de las espadas de Marx, Lenin, Mao, por lo que decidí ponerle de titulo “La V Espada: Revolución Cultural Empresarial”, un culto a la vida y no a la muerte, en donde postulaba el necesario incremento de la productividad, y de la calidad, para ser competitivos globalmente, viendo el ejemplo que estaba desarrollando en ese entonces el sudeste asiático, tal como ahora apreciamos lo que ese desarrollo sostenido, ha logrado, al convertir sus empresas, en competitivas para el mundo

Entendiendo que nuestra prioridad es combatir la pobreza, la mejor manera es generar empleo, atrayendo inversiones y mejorando la productividad, la calidad y en consecuencia, la competitividad de la enorme cantidad de empresas que tenemos en el país y de las que estén por venir.

Este artículo ofrece una visión audaz pero alcanzable para el Perú, integrando el enfoque emprendedor de mi artículo ya citado, con las estrategias tecnológicas de la carrera del Perú para atraer empresas tecnológicas. Al fomentar un cambio cultural, invertir en tecnología y empoderar a las MYPE, el Perú puede combatir la pobreza, crear empleo y emerger como líder regional para 2030.

El mercado empresarial peruano está dominado por microempresas (96.2% del total), que aportan solo el 5.6% de las ventas, mientras que las grandes empresas (0.4%) concentran el 80% de las ventas, según datos del INEI. La alta informalidad, el acceso limitado al crédito y la baja productividad frenan el crecimiento, con un 80% de las empresas cerrando en sus primeros dos años, según SUNAT.

Además, la inversión en ciencia, tecnología e innovación (CTI) es solo del 0,13% del PBI, muy por debajo de nuestros vecinos: Chile (0,40%), Bolivia (0.16%), Ecuador (0,44%), Colombia (0.29%), y Brasil (1.15%). La inestabilidad política y las brechas en infraestructura, como el acceso limitado a banda ancha, disuaden aún más la inversión.

Sin embargo, el Perú tiene fortalezas únicas: estabilidad macroeconómica (deuda pública del 32.9% del PBI), aunque ahora afectado por el déficit fiscal, que si no lo manejan bien, nos puede llevar a que nos quiten el grado de inversión, y perdamos esta gran fortaleza; una ubicación estratégica potenciada por el nuevo Puerto de Chancay y una fuerza laboral joven y competitiva en costos. La creciente demanda de transformación digital (72% de las empresas planearon iniciativas tecnológicas en 2024) y la efervescencia emprendedora ofrecen una plataforma para un cambio cultural hacia empresas competitivas y tecnológicas.

Para catalizar una revolución cultural empresarial y posicionar al Perú como un centro tecnológico regional, el Programa Perú Emprendedor 2.0 debe evolucionar hacia una iniciativa dinámica y enfocada en la tecnología. Este programa renovado integra emprendimiento, innovación y competitividad global para combatir la pobreza, crear empleo y atraer inversiones tecnológicas.

A continuación, se presentan las políticas propuestas, estructuradas en cuatro pilares: Promoción, Capacitación, Financiamiento y Asesoría Técnica, junto con estrategias adicionales para alinearse con tendencias tecnológicas globales.

Promoción: Construyendo una Cultura Empresarial Nacional. Fomentar una mentalidad emprendedora proactiva y competitiva en todo el Perú, con énfasis en la tecnología y los mercados globales.

Políticas:

  • Campaña Nacional de Concientización: Lanzar una campaña multimedia («Perú Emprende con Tecnología») para promover el emprendimiento como una carrera viable, dirigida a jóvenes y comunidades rurales. Colaborar con universidades, gobiernos regionales y medios para destacar historias de éxito de MYPEs tecnológicas.
  • Copa Perú del Emprendimiento: Institucionalizar una competencia anual nacional para ideas de negocio provenientes de escuelas, institutos y universidades, ofreciendo financiamiento inicial y mentoría a los ganadores. Priorizar soluciones tecnológicas en sectores como agricultura, minería y logística.
  • Promoción Global: Promover al Perú en foros tecnológicos internacionales como destino para inversiones tecnológicas, aprovechando el Puerto de Chancay como un centro logístico-tecnológico.
  • Ejemplos: El programa Start-Up Chile ha creado un ecosistema emprendedor vibrante al promover la innovación globalmente. La promoción estratégica de Brasil de Fortaleza como centro de cables submarinos atrae a gigantes tecnológicos como Google.

La idea es generar un cambio cultural hacia el emprendimiento, reducir el estigma del fracaso y posicionar al Perú como destino de inversión tecnológica.

Capacitación: Preparando Emprendedores para la Era Digital. Desarrollar una fuerza laboral emprendedora capacitada y tecnológica, capaz de crear negocios sostenibles y competitivos.

Políticas:

  • Educación en STEM y Emprendimiento: Integrar emprendimiento y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en los currículos escolares, con énfasis en habilidades digitales, inteligencia artificial e IoT. Asociarse con empresas tecnológicas como Nisum para diseñar entrenamientos especializados.
  • Programa Nacional de Capacitación: Ofrecer talleres gratuitos y accesibles sobre planificación estratégica, transformación digital y acceso a mercados globales. Enfocarse en habilidades como gestión de costos, investigación de mercados y adopción tecnológica.
  • Alfabetización Digital para MYPEs: Proveer plataformas en línea para que los microempresarios aprendan sobre comercio electrónico, marketing digital y computación en la nube, dirigidas al 44.4% de las microempresas en el sector comercio.
  • Ejemplos: La fuerte inversión de Corea del Sur en educación STEM ha impulsado su liderazgo tecnológico, un modelo adaptable para el Perú. Los programas de capacitación en 5G e IoT de Chile fomentan la innovación en agricultura y logística.

La idea es empoderar a los emprendedores para crear negocios de alto impacto, reduciendo la tasa de fracaso del 80% de las MYPE.

Financiamiento: Desbloqueando Capital para el Crecimiento. Facilitar el acceso a crédito asequible e incentivos para formalizar y escalar MYPEs, especialmente en sectores tecnológicos.

Políticas:

  • Fondo para la Competitividad: Crear un fondo de $500 millones, combinando fondos públicos, cooperación internacional e inversión privada, para ofrecer préstamos de bajo interés a MYPEs. Priorizar startups tecnológicas y proyectos de transformación digital.
  • Incentivos Fiscales para Inversiones Tecnológicas: Ofrecer exenciones fiscales de 5 a 10 años para empresas tecnológicas y MYPEs que adopten tecnologías como IA o computación en la nube. Reducir aranceles a equipos tecnológicos, siguiendo la estrategia de Brasil.
  • Programa de Renegociación de Deudas: Permitir a las MYPEs renegociar deudas con SUNAT para facilitar su formalización, acompañado de capacitación obligatoria para garantizar la sostenibilidad.
  • Ejemplos: Las reducciones fiscales de Brasil para equipos de centros de datos han atraído a AWS y Google. El modelo CINDE de Costa Rica aprovecha incentivos para atraer inversión tecnológica extranjera.

La idea es incrementar la formalización (reduciendo la enorme cantidad de empresas informales), impulsar la inversión tecnológica y apoyar la creación de empleo.

Asesoría Técnica: Garantizando Crecimiento y Competitividad. Proveer apoyo continuo para que las MYPEs prosperen en mercados globalizados y competitivos.

Políticas:

  • Centros de Mentoría y Asesoría: Establecer centros regionales que ofrecerán mentoría gratuita en planificación empresarial, estrategias de exportación y adopción tecnológica. Colaborar con cámaras de comercio y empresas tecnológicas.
  • Plataforma Digital de Apoyo: Desarrollar un portal digital unificado para que las MYPEs accedan a recursos, soliciten crédito y reciban asesoría en tiempo real, inspirado en el modelo de e-gobierno de Estonia.
  • Programa de Preparación para Exportaciones: Capacitar a las MYPEs para aprovechar los más de 20 tratados comerciales del Perú, enfocándose en exportaciones de valor agregado en agricultura, textiles y servicios tecnológicos.
  • Ejemplos: El apoyo gubernamental a la I+D en Israel ha fomentado un ecosistema tecnológico próspero. Las aplicaciones de IoT en agricultura de Chile ofrecen un modelo para exportación tecnológica.

La idea es mejorar la competitividad de las MYPEs, aumentando el número de empresas exportadoras (actualmente solo 10,000 de las 3 millones de empresas existentes) y promover el crecimiento con valor agregado.

Tecnología e Innovación: Posicionando al Perú como un Centro Tecnológico Regional. Alinear el emprendimiento con la innovación tecnológica para atraer empresas globales y estimular el crecimiento económico.

Políticas:

  • Aumentar la Inversión en CTI: Elevar la inversión en CTI al 0,5% del PBI para 2027, financiando I+D en IA, IoT y tecnologías verdes. Crear un fondo nacional de startups inspirado en Start-Up Chile.
  • Expansión de 5G y Banda Ancha: Acelerar el despliegue de 5G y el acceso a banda ancha en zonas rurales, integrándose con el Puerto de Chancay para crear un corredor logístico-tecnológico.
  • Incentivos para Tecnología Sostenible: Promover energía solar y eólica para alimentar centros de datos, atrayendo a empresas tecnológicas conscientes del medio ambiente, como Amazon.
  • Ejemplos: La alineación de Brasil de centros de datos con energía verde apoya el crecimiento tecnológico sostenible. El despliegue de 5G de Chile mejora las aplicaciones de IoT, una estrategia replicable para el Perú.

La idea es posicionar al Perú como un centro tecnológico, atrayendo 2-3 grandes empresas tecnológicas para 2025 y creciendo el mercado de TI en un 10%.

Descentralización e Inclusión: Empoderando a las Regiones. Reducir el dominio de Lima (46.6% de las empresas) y promover el emprendimiento en regiones como Arequipa, La Libertad y Piura.

Políticas:

  • Centros Regionales de Innovación: Establecer centros de tecnología y emprendimiento en regiones clave, ofreciendo capacitación, crédito y mentoría adaptados a industrias locales (por ejemplo, agricultura en Piura, minería en Arequipa).
  • Programas Inclusivos para Mujeres y Jóvenes: Dirigir el 50% de los beneficiarios del programa a mujeres y jóvenes, abordando el 53% de nuevos emprendedores de 18-34 años.
  • Conectividad Digital para Zonas Rurales: Expandir la banda ancha a regiones rurales, habilitando el comercio electrónico y la adopción tecnológica para pequeños negocios.
  • Ejemplos: El enfoque de Brasil en Fortaleza como centro tecnológico muestra el valor de la inversión regional. Los programas inclusivos de startups de Chile atraen talento diverso.

La idea es reducir el centralismo, crear empleo en regiones desatendidas y fomentar un crecimiento inclusivo.

Marco de Implementación:

a. Gobernanza: Crear una fuerza de trabajo multisectorial (gobierno, sector privado, academia, sociedad civil) para supervisar el programa, garantizando transparencia y rendición de cuentas.

b. Cronograma: 2025: Lanzar campañas de promoción, establecer 5 centros regionales y asegurar $100 millones iniciales para el Fondo para la Competitividad. 2027: Alcanzar una inversión en CTI del 0,5% del PBI, formalizar 500.000 MYPEs y atraer 2-3 grandes empresas tecnológicas. 2030: Posicionar al Perú como un centro tecnológico regional, con un aumento del PBI de 0.5-1% anual gracias al emprendimiento y la tecnología.

c. Financiamiento: Combinar presupuesto público (0.2% del PBI anual), cooperación internacional (préstamos del BID) y contribuciones del sector privado.

Resultados esperados:

a. Impacto Económico: Generar 1 millón de nuevos empleos para 2030, reducir la pobreza en un 10% e incrementar las exportaciones de MYPEs al 10% del total.

b. Impacto Social: Empoderar a jóvenes y mujeres, reducir la informalidad y fomentar una cultura de innovación y resiliencia.

c. Posicionamiento Global: Establecer al Perú como un centro competitivo de tecnología y logística, aprovechando su biodiversidad y tratados comerciales.

El Perú está en una encrucijada. Al fortalecer el Programa Perú Emprendedor 2.0 con un enfoque en tecnología, descentralización y competitividad global, el país puede encender una revolución cultural en su ecosistema empresarial. Inspirándose en los incentivos fiscales de Brasil, las estrategias de 5G y startups de Chile, y modelos globales como Corea del Sur y Estonia, el Perú puede transformar su potencial emprendedor en progreso sostenible.

Esta no es solo una lucha contra la pobreza: es un compromiso para construir una nación moderna, inclusiva y globalmente competitiva. «No le des el pescado, enséñale a pescar», con las políticas adecuadas, el Perú puede enseñar a su pueblo a prosperar en un mundo impulsado por la tecnología.

#JuandeDiosGuevara

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